EEUU reconoce la vuelta al mundo bipolar

En los últimos días el Presidente norteamericano Barack Obama se ha mostrado dispuesto a negociar con la República Popular China las nuevas bases del orden internacional

Nuevo mundo bipolar
EE.UU. reconoce una nueva organización bipolar

En los últimos días el Presidente norteamericano Barack Obama se ha mostrado dispuesto a negociar con la República Popular China las nuevas bases del orden internacional, lo que pone de manifiesto la importancia que el país asiático ha alcanzado. Ambos mandatarios asumieron la necesidad de estar condenados a entenderse pese a las enormes diferencias ideológicas que tienen, dando a entender que ha vuelto al mundo el orden bipolar.

Los jefes de Estado han coincidido en su disposición para afrontar problemas relacionados con el cambio climático o el terrorismo desde una óptica común , sin embargo tienen enfrentamientos muy serios a la hora de definir cuál es el papel del Estado en la intervención de mercado y empresas. China apuesta por una economía de libre mercado sin aranceles aunque con fuertes intervenciones a las empresas privadas, mientras que los Estados Unidos son partidarios de mantener cierto proteccionismo para contribuir al fortalecimiento económico y dejar hacer a las compañías.

Como muestra de la tibieza diplomática entre ambos países está el hecho de que los presidentes Obama y Hu Jintao han comparecido ante los medios con declaraciones separadas y sin admitir preguntas . Ambas potencias han acordado la necesidad de que la Organización de Naciones Unidas mantenga un control más estricto sobre la proliferación de armamento nuclear, sin embargo tienen posturas radicalmente opuestas sobre el trato que Irán debe recibir por el supuesto desarrollo de este tipo de armas. Para China, Irán es un aliado importante en la zona de Oriente, que puede frenar incluso el crecimiento del fundamentalismo islámico, algo que le vendría muy bien al gigante asiático para acabar definitivamente con los problemas de secesionismo que naciones como Xibei San Ma plantean en la zona Oeste del país. Los Estados Unidos ven en Irán una amenaza seria a sus intereses comerciales y políticos, incluso para la estabilidad del Medio Oriente, ya que Irán es un enemigo abiertamente declarado de Israel.

En el ámbito medioambiental, los dos mandatarios declararon sentirse conmovidos por los últimos datos expuestos a través de las Naciones Unidas, sin embargo se han mostrado cerrados a ofrecer cualquier tipo de alternativa al modelo productivo actual, y han reconocido además no tener pensado nada para presentar en la próxima Cumbre de Copenhague. En este apartado ha surgido el único acuerdo de relevancia entre ambas naciones. Se ha acordado la creación y puesta en marcha de un centro para investigar el desarrollo de energías no contaminantes alternativas al modelo actual que China desarrolla basado en el consumo del carbón – en la actualidad es el mayor consumidor de carbón a nivel mundial -.

En tanto a la situación mundial de crisis económica, el gobierno chino se ha mostrado radicalmente opuesto a seguir los pasos propuestos por el presidente Obama, así que tampoco han alcanzado ningún acuerdo en ello. Los Estados Unidos no aplauden la política económica china de seguir promoviendo el libre mercado como única forma de estabilizar los comercios, ya que la economía se encuentra todavía débil y este tipo de acciones podrían ser perjudiciales a medio plazo.

Detrás de las buenas palabras que Hu Jintao manifestó ante los medios de que “Estados Unidos y China mantienen amplios intereses comunes para la paz”, lo cierto es que las dos potencias mantienen un enfrentamiento silencioso en el ámbito comercial que se extiende más allá de lo puramente económico. El presidente Obama no ha querido tratar en este encuentro sobre la situación de Sudán, en guerra desde hace años y con más de cuatro millones de víctimas. El mayor suministrador de armamento para los bandos enfrentados resulta ser China, que ha sabido rentabilizar rápidamente su intervención en África a cambio de satisfacer las ansias de poder de diversos señores de la guerra.