Razones por las que nos resistimos el cambio

Son muchas las razones por las que uno se resiste al cambio, aunque las principales se encuentran en el miedo al fracaso, reconocer se está equivocado y lo desconocido.

Miedo al cambio
Miedo al cambio

El liderazgo consiste en saber cambiar, sin embargo, la forma en que los líderes hacer frente a la resistencia que supone todo cambio es una de las interrogantes que más debate ha causado en el último tiempo. La resistencia a los cambios puede manifestarse de diversas formas, entre las que encontramos la inmovilidad e incluso el sabotaje mediante pequeñas revueltas. Lo mejor que podemos hacer para darle un vuelco a la resistencia al cambio que encontramos en muchas personas es conocer el origen de lo que le motiva, de esta forma es factible establecer una estrategia para superarle.

A continuación entregaremos un listado de 10 situaciones típicas donde habitualmente nos encontramos con formas de resistencia al cambio, de ahí la importancia de analizarlas una a una para superarlas.

1

Pérdida de control

La introducción de cambios interfiere con la autonomía y puede hacer que las personas sientan han perdido el control sobre la situación, y en general sobre el territorio en el que se desenvuelven. Cuando esto ocurre no se trata de una cuestión política, sino más bien de un asunto de poder.

Nuestro sentido de la autodeterminación es lo primero que se contrapone al cambio que proviene de una persona distinta a nosotros mismos. Los líderes inteligentes generan cambios y dejan inmediatamente la habitación, permitiendo con ello que la propia persona tome sus decisiones e invitando al resto hay que planifiquen y se involucren con estos nuevos cambios.

2

Exceso de incertidumbre

Cuando estamos frente a un cambio importante que afrontar, pareciera como si camina hagamos frente a un precipicio con los ojos vendados, y por ello muchos rechazan esta posibilidad. Es factible que la mayoría de las personas decida mantenerse en una misma línea, aun cuando no se encuentren bien, ya que prefieren algo conocido que otra por conocer.

En estos casos lo mejor que puede hacer un líder es inspirar al resto por medio de la seguridad y la certeza. Es misión de los líderes crear seguridad en el proceso de cambio, y para ello no hay nada más inspirador que entregar medidas claras, simples y directas a quienes se verán involucrados en el cambio.

3

Sorpresas

Miedo a lo súbito

Las decisiones impuestas repentinamente sobre otras personas, donde no se deja tiempo hay que ésta se preparen sobre la idea y las consecuencias que tendrá el cambio propuesto, son generalmente resistidas. Siempre será más fácil decir “no” a una situación nueva incierta que aceptarla.

Un buen líder debe evitar a toda costa caer en la tentación de hacer cambios en secreto, donde luego deberá anunciar a todos las modificaciones hechas. Siempre es mejor comenzar el proceso de cambio de este lo más básico, es decir, desde la toma de contacto que tienen los destinatarios del cambio con las ideas que quieren implantarse.

4

Todo parece diferente

Los seres humanos somos criaturas de hábitos, seres de costumbre, por ello todo cambio significa una nueva perspectiva que analizar y eso complica a cualquiera. Las rutinas se vuelven procesos automáticos - preciso muchas veces - de acuerdo a los fines que cada quien tiene, y por eso todo proceso de cambio tiende a sacudir la conciencia del resto generando molestia, confusión y distracción.

Los líderes tienen que intentar minimizar el número de diferencias que supone el cambio de la rutina que toda persona dice, ya que es en este aspecto donde encontramos mayor resistencia al cambio. Siempre que sea posible hay que mantener las cosas familiares, de esa forma mantenemos a las personas enfocadas en lo realmente importante y permitimos que psicológicamente no se cierren al cambio.

5

Cambio de indentidad

Todo cambio supone la implantación de nuevas estrategias, métodos y procesos para conseguir lo que deseamos, por eso todo cambio supone una modificación de la identidad de cada quien tiene, de otra forma no podríamos dejar lo que vivimos en el pasado para afrontar los desafíos que supone el presente y futuro.

Los seres humanos somos un cúmulo de experiencia, la que sin importar sea buena o mala nos forja para lo que viene más adelante, pero ¿Qué pasa cuando renegamos de ésta? Es muy probable que las personas actúen de forma defensiva, ya que cuesta dejar de ser lo que somos para convertirnos en algo mejor. El más problemático de los sentimientos en este sentido es el reconocer que estábamos equivocados y aceptar que hay que cambiar ciertas cosas.