Certificado de depósito

Son productos que ofrecen total seguridad para las inversiones, con un índice modesto de rentabilidad, y se recomiendan como método de ahorro para períodos cortos

Certificado de depósito

Los certificados de depósitos son instrumentos financieros de alta demanda entre inversionistas, debido a la seguridad y garantía que ofrecen como operaciones financieras, y a la estabilidad que representan con un ingreso mensual fijo. Los CDs como también se les conoce, son título emitidos por entidades bancarias y por brókers (agentes intermediarios).

Consisten en la colocación de una suma de dinero a un plazo determinado, con tasa fija de interés. Una vez vencido el plazo, se recibe el monto invertido más los intereses devengados. Estos instrumentos son usados con frecuencia, por personas que prefieren invertir con poco riesgo, y diversificar sus portafolios.

Si el inversionista retira la suma antes del vencimiento, debe hacer cancelar una penalización que va de tres a seis meses de interés. Aunque hay que resaltar que, debido a la enorme competencia entre las entidades bancarias, algunas instituciones han descartado esta medida para hacer la oferta más atractiva.

Los certificados de depósito se pueden comprar y vender en varias divisas, y representan en la actualidad, una de las operaciones de mayor rentabilidad tanto para los bancos como para los inversores. Muchas instituciones operan a nivel internacional, con entidades de diferentes países.

Respecto de las tasas de interés, éstas varían según el plazo, el monto invertido y el tipo de emisor, al igual que las ganancias, que serán mayores mientras más altos sean los montos de la operación y los plazos estipulados.

Tipos de certificados de depósito

1. De pequeños ahorros

Para inversiones de menos de 100.000 dólares. Funcionan como cuentas de ahorro, con la diferencia de la inamovilidad, con plazos determinados. Las tasas de interés varían según la institución o agente.

2. CD negociables

Se emiten con montos superiores a los 100.000 dólares, y pueden ser negociados en el mercado abierto de valores. Las tasas de interés aplicadas a estos instrumentos, usan como referencia otros títulos existentes en el mercado, como es el caso de las Letras del Tesoro Público, en Estados Unidos.

Los inversionistas adquieren estos certificados y luego los negocian en el mercado según las tasas vigentes, lo que puede traducirse en pérdidas de capital o altas ganancias.

3. CD asociados

Son instrumentos vinculados a índices accionarios, como por ejemplo, el Standar and Poor's. En estos casos el ente emisor paga a los titulares de un CD, un interés equivalente al doble de la variación que presenten las acciones vinculantes.

4. CD de tasa variable

Son los únicos certificados con tasa variable, pues se ajustan a las tasas del mercado, como el caso de la Libor (London Inter Bank Offered Rate). Los emisores pagan una tasa de interés de acuerdo al monto alcanzado por la Libor más un 2%.

5. CD descontados

Son títulos que se negocian con un descuento de su valor, no pagan intereses y cuando vence el plazo, pagan la totalidad del valor nominal. A manera de ejemplo, un segundo comprador adquiere por 8.000 dólares un CD que ha sido emitido con un año de plazo y un valor nominal de 10.000 dólares. Cuando se cumpla el plazo, el inversionista retirará la totalidad del valor nominal.

Recomendaciones de los expertos

La mayor ventaja de este tipo de inversión, radica en que produce una ganancia significativa en un plazo menor, y se evita gastar el dinero como se haría si fuera una cuenta de ahorro, de libre movilidad. Con los certificados de depósito, los inversionistas ahorran un dinero de forma segura y garantizada, y para hacerlo de manera efectiva cuando se está comenzando, existen dos pasos fundamentales a tomar en cuenta:

1. Comenzar por conocer el sistema

Cuando no se tiene mucha experiencia en campo de las inversiones, lo recomendable es dar pequeños pasos, comenzando por investigar la mayor cantidad posible de instituciones y planes, y ver qué ofrecen hasta encontrar una oferta que se ajuste a las condiciones particulares de inversión.

2. Invertir pequeñas sumas

También se recomienda colocar pequeñas cantidades a plazos cortos, y esperar que éstas generen algunas ganancias, que se reinvertirán sucesivamente, hasta tanto se obtenga una cifra mayor para invertir, sin el riesgo de colocar la totalidad del capital.
Estos instrumentos financieros deben constituir solo una parte de los fondos disponibles. Otra parte puede dejarse en cuentas de movimiento frecuente, y otra parte puede invertirse en esquemas de largo plazo.