La mafia rusa: ¿Judíos o el legado de la KGB?

el poder de estas organizaciones se vuelve progresivamente más letal, cada vez tienen más dinero y están mejor organizados...

La mafia

Tras la caída del Telón de Acero, que significó la disolución de la U.R.S.S. (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) en lo que hoy se hace llamar CEI (Comunidad de Estados Independientes) surgieron varios grupos criminales que mantienen sangrientas disputas entre sí al estilo de la mafia italiana.

La decadencia económica que siguió a la Perestroika condujo a gran parte de la población a “trabajar” al margen de ley. En esta ambientación de caos y asfixia económica, la mafia rusa -que se organizó luego del año 1990- tiene oficialmente unos cien mil rusos que aumentaría si añadiéramos a otras personas vinculadas al “negocio”.

Es de suponer que los jerarcas de la mafia rusa sean veteranos del Ejército Rojo, que las armas que utilicen sean armas del propio ejército y hasta ojivas nucleares pueden andar circulando en manos de estas organizaciones.

También se conoce que esta mafia opera con gran “solvencia” en Europa Occidental, en EE.UU. y prácticamente en todo el mundo occidental lo que parece indicar que los jefes son personas muy “informadas” posiblemente ex jerarcas de la KGB o directores de otros servicios de inteligencia secreta.

Con el final de la guerra fría muchos organismos quedaron obsoletos, principalmente los de espionaje que ahora ya no tenían un régimen comunista que “defender”. Pero además, han pasado a engrosar las bandas delictivas, famosos astros del deporte.

Se cree que ex integrantes de las fuerzas especiales Spetsnaz están hoy al mando de bandas peligrosas que trafican ilegalmente con armas y drogas. Entre las personalidades que se han vinculado a este mundo hay boxeadores y “maestros” de artes marciales, así como personalidades de la administración anterior.

Hoy, las diferentes facciones mantienen una cruenta lucha en su disputa por el dominio de diferentes zonas de “consumo” donde no quieren la competencia o el control de otras mafias, entrando, en ocasiones, en conflicto con la propia “mafia italiana” o la temida mafia japonesa, conocida como “Yacuza”.

Estas mafias conservan, al parecer, fuertes vínculos comerciales con el narcotráfico colombiano y otras redes delictivas. También se sospecha que estas mafias tienen relación con el tráfico de trabajadores ilegales, introduciendo mano de obra clandestina en la Unión Europea y los Estados Unidos de América. Sin embargo, por el momento, nada ha sido confirmado por las autoridades.

El FBI y servicio similares rusos se han coordinado para asestar duros golpes a las mafias. Pero el poder de estas organizaciones se vuelve más letal en tanto se hace más sutil su dominio que opera con mano silenciosa y tapa cualquier huella con dinero.

Para los rusos no hay una “mafia rusa” ya que, al parecer, siempre se trató de judíos-rusos debido a la gran cantidad de inmigrantes que se radicaron en la U.R.S.S. y que prefirieron autodenominarse “rusos” en regiones donde existe un marcado antisemitismo.

Pero es también cierto que muchos cabecillas de la mafia rusa se declaraban de ascendencia judía con la idea de conseguir documentación y entrada a Israel. Especialmente por el hecho de que en este país es donde se concentra mayor cantidad de actividades de este tipo.

Se evaluó una contribución de alrededor de 4 billones de dólares por parte de la mafia rusa a la economía de Israel. Debido a que cada república, Ucrania, Moldavia, Lituania, Estonia, etc. tienen su propia mafia es más correcto denominarla la mafia soviética o las “Mafias del Este”.

Se descubrió, hace poco tiempo, que ex miembros de la KGB operaban en la “Cosa Nostra” cuestión que demuestra la peligrosidad de estas de estas asociaciones del crimen internacional.