Sepa como evitar el phishing y otros fraudes con tarjetas de débito
El robo de identidad o más comúnmente conocido como phishing, es un término que hace referencia a una estafa por medio de la cual un delincuente suplanta su identidad y utiliza de forma fraudulenta sus tarjetas bancarias, cuentas, claves, etc.… Es decir, un fraude realizado a través del robo de sus datos personales.
El phishing ha experimentado un incremento feroz en los últimos tiempos. Son muchas las causas pero, principalmente atienden a dos motivos fundamentales; por un lado las crisis económicas se convierten en el escenario ideal para el incremento de los índices de delincuencia y por el otro, las escasas medidas de seguridad real con las que cuentan los datos personales, han sido factores determinantes en el aumento de los fraudes de suplantación de identidad.
Entre los avances de esta actividad delictiva, se encuentra el uso de las tarjetas de débito que han despertado un gran interés entre los delincuentes a nivel mundial.
Protección de la información
No cabe ninguna duda que los consumidores, específicamente de tarjetas bancarias, están en situación de riesgo, por lo que las medidas adicionales para incrementar la protección, se hacen cada vez, más necesarias.
A medida que se incrementa el uso de las tarjetas bancarias y el número de operaciones crece, los fraudes lo hacen también. “Pulse” una de las empresas de transferencia electrónica más consolidadas en los Estados Unidos, informó que los fraudes con tarjetas de débito aumentaron del 21% en 2005 al 43% en 2008, considerable y sorprendente incremento, sobre todo si se tiene en cuenta que las compras realizadas con tarjeta de débito, requieren la presentación del documento de identificación y la firma del titular para llevarse a cabo.
Más del 72% de las cuentas de cheques en Estados Unidos están vinculadas a una tarjeta de débito y, éstas se utilizan una media de 25 veces por cliente al mes.
La prevención del fraude es uno de los temas al que más tiempo y trabajo dedican las empresas emisoras de tarjetas bancarias y, tras 20 años de elaboración de sistemas, procedimientos e innovaciones, el fraude sigue en ascenso.
De las grandes empresas a las PYMES
Tradicionalmente, el blanco de los delincuentes se centraba en grandes empresas, donde los delincuentes más avanzados ponen en práctica su batería de herramientas creadas para obtener los datos personales de los clientes y realizar transacciones fraudulentas.
Sin embargo, la tendencia apunta a que, cada vez, más los comercios pequeños se convierten en el centro de atención de las denominadas bandas “ciber piratas”.
Un blanco fácil ya que, los sistemas protocolarios de prevención del fraude son muy costosos por lo que es prácticamente imposible para los pequeños comercios instalar dichos sistemas de seguridad.
Para poder acceder los datos bancarios, las tarjetas de débito utilizan los mismos sistemas que las tarjetas de crédito por lo que no requieren de ninguna acción novedosa por parte de los delincuentes.
Una vez que consiguen acceder a una red que no está protegida, tienen acceso inmediato al sistema informático del comercio y por lo tanto, a la información de todas las tarjetas.
Legislación y prevención
La legislación vigente en Estados Unidos contempla un periodo de dos meses para que los usuarios que han sido víctimas de fraude notifiquen cualquier operación no reconocida y realizada con su tarjeta bancaria.
Más que el phishing
Pero la suplantación de identidad no es el único riesgo al que están expuestos los titulares de tarjetas de débito. El Skimming Schemes, es otra variedad de fraude en el que, a través de la utilización de un aparato especial colocado en los cajeros automáticos, se copian los datos de la tarjeta una vez que el titular ha terminado de realizar su transacción.
El aparato se instala en el lector de tarjeta del ATM y cuando el cliente introduce su tarjeta de débito para realizar una operación se activa copiando los datos almacenados en la banda magnética de la tarjeta, accediendo incluso a su PIN.
Restaurantes y grandes almacenes, centros del riesgo
El fraude con tarjeta de débito no se circunscribe únicamente a las operaciones realizadas en cajeros automáticos o comercios pequeños, el riesgo se incrementa en las operaciones en las que la tarjeta no está a la vista del titular. Los restaurantes y centros comerciales permiten, por su propia operativa, la copia de los datos de la tarjeta sin complicaciones y sin levantar sospechas.
Mayores riesgos con las tarjetas de débito
Mientras la legislación actual permite que los titulares de las tarjetas de crédito no paguen aquellas transacciones consideradas como fraudulentas mientras se comprueba el asunto, las tarjetas de débito no gastan la línea de crédito, sino que acaban con el saldo íntegro de la cuenta bancaria.
La responsabilidad civil establecida por ley para el fraude con tarjetas de débito es completamente vinculante para los titulares, además de pagar los cargos efectuados, cheques sin fondo, sobregiros, etc.… la entidad puede considerarle responsable de los cargos no autorizados si usted no está atento y no reporta a tiempo.
Sin embargo, las tarjetas de crédito no cuentan con un plazo determinado para reportar el fraude, pudiendo reportarse en cualquier momento y sin plazo.
Atendiendo al incremento de fraudes con tarjetas es altamente recomendable que los clientes adquieran mayor responsabilidad, revisen con frecuencia sus extractos bancarios y estén atentos a cualquier operación no reconocida que resulte sospechosa.