Los saqueos en el sur no son demandas legítimas de los ciudadanos, por el contrario, generan pérdidas irreparables en la economía de aquellos a quienes dicen defender.
El salario mínimo vital en los países nórdicos no emana de una decisión gubernamental, sino del acuerdo directo entre los trabajadores y los empleadores.
Decir que el éxito de la economía de los países nórdicos se basa en el modelo socialista es una falsedad muy difundida por la izquierda latinoamericana.