El salario mínimo en los países nórdicos
El salario mínimo vital en los países nórdicos no emana de una decisión gubernamental, sino del acuerdo directo entre los trabajadores y los empleadores.
El salario mínimo vital en los países nórdicos no emana de una decisión gubernamental, sino del acuerdo directo entre los trabajadores y los empleadores.
En el desenvolvimiento de la economía mundial existe un elemento que es básico e imprescindible a la hora de realizar cualquier tipo de análisis. Nos referimos al salario mínimo vital.
¿Qué es el salario mínimo vital? Una definición básica nos dice que es la cantidad mínima de dinero que se le paga a un trabajador que labora una jornada completa de 8 horas. Y esta cantidad la determina cada cierto tiempo el gobierno de turno. A eso estamos habituados en esta parte del mundo.
Sin embargo, existen naciones en donde la Remuneración Mínima Vital nace no de una decisión gubernativa, sino de una negociación directa entre los trabajadores y los empleadores. Este es el proceso que se adopta en los países nórdicos. Ninguno de los países de esta región cuenta con un salario mínimo determinado por el gobierno.
En países como Dinamarca, Suecia, Finlandia, Islandia y Noruega los acuerdos en materia de salario mínimo suelen establecerse de forma diferenciada en función de la edad, de la ocupación o de la antigüedad. Los salarios más altos son objeto de negociaciones suplementarias a nivel de empresa.
Según la página web de la Organización Mundial del Trabajo, en Dinamarca y Suecia este sistema se aplica para alrededor del 84 y el 89 por ciento de los trabajadores, respectivamente.
En Noruega este sistema de negociado alcanza solo al 67 por ciento de los trabajadores, mientras que en Finlandia e Islandia el ámbito de aplicación de los convenios colectivos abarca al 90 por ciento de los trabajadores.
Señales de alarma
En 2020 la propuesta de Bruselas para establecer las bases de un salario mínimo interprofesional para todo el espacio comunitario hizo saltar las alarmas en los países nórdicos, especialmente en Dinamarca y Suecia, que ven peligrar su genuino modelo de relaciones laborales, basado exclusivamente en la negociación colectiva entre empleadores y empleados.
Esta propuesta provocó que gobiernos, sindicatos y empresarios levantaran su voz de protesta contra la iniciativa, temerosos de que se trajera abajo un sistema de más de cien años de antigüedad que ha llevado a estos países a gozar de algunos de los salarios más elevados de la Unión Europea.
Según el portal español La Vanguardia, Dinamarca se situó en 2018 en lo más alto del ranking: los trabajadores daneses ganaron de media 37.40 euros por hora, mientras que, en Suecia, en el cuarto puesto, la media fue de 24.75 euros.
Ninguno de los países nórdicos (Suecia, Dinamarca, Finlandia, Noruega e Islandia) cuenta con un salario mínimo vital establecido por ley, y los gobiernos desempeñan un papel muy restringido en la cuestión, limitado a la legislación laboral. De esta forma, es la negociación entre los sindicatos y los empleadores la que acaba determinando los salarios y las condiciones de trabajo.
Uno de los temores es que un criterio unificado para fijar los sueldos podría alentar a los empresarios a cuestionar los acuerdos colectivos y optar por rebajar los salarios cumpliendo con las indicaciones de la directiva. Sin embargo, también las asociaciones empresariales han salido en defensa del modelo nórdico y han rechazado injerencias.