Evolución de las relaciones económicas en los países nórdicos

El Consejo Nórdico, a través de los años, ha tratado de conciliar sus intereses con los de la comunidad europea.

Relaciones económicas en los países nórdicos

Luego de la Segunda Guerra Mundial, los países nórdicos trataron de organizarse para que una eventual conflagración de grandes dimensiones no los sorprendiera desunidos. Algunos objetivos se consiguieron y otros quedaron solo en buenas intenciones debido, sobre todo, a intereses y proyectos particulares de cada Estado.

Donde sí lograron más coincidencias fue en el ámbito económico. El 2 de julio de 1954, se creó el mercado laboral nórdico y en 1958, la Unión de Pasaportes Nórdicos. Estas dos medidas ayudaron a garantizar la libre circulación de los ciudadanos nórdicos por la zona.

El Consejo Nórdico y la comunidad europea

En 1955 se implementó un Convenio Nórdico sobre Seguridad Social. También había planes para un mercado único, pero se abandonaron en 1959 poco antes de que Dinamarca, Noruega y Suecia se unieran a la Zona Europea de Libre Comercio (AELC). Finlandia se convirtió en miembro asociado de la EFTA en 1961 y Dinamarca y Noruega solicitaron unirse a la Comunidad Económica Europea (CEE).

Este movimiento hacia la CEE llevó al deseo de un tratado nórdico formal. El Tratado de Helsinki esbozó el funcionamiento del consejo y entró en vigor el 24 de marzo de 1962.

En los años siguientes se realizaron más avances en la cooperación nórdica: se crearon una Escuela Nórdica de Salud Pública, un Fondo Cultural Nórdico y una Casa Nórdica en Reikiavik, Islandia. El primer ministro danés Hilmar Baunsgaard propuso la plena cooperación económica (Nordek) en 1968.

Nordek se acordó en 1970, pero Finlandia dio marcha atrás y afirmó que sus vínculos con la Unión Soviética significaban que no podía establecer vínculos económicos estrechos con miembros potenciales de la CEE. (Dinamarca y Noruega). Posteriormente, Nordek fue descartado.

Como consecuencia, Dinamarca y Noruega solicitaron unirse a la CEE y en 1971 se creó el Consejo Nórdico de Ministros para garantizar la cooperación nórdica continua.

En 1970, se permitió a los representantes de las Islas Feroe y Åland participar en el Consejo Nórdico como parte de las delegaciones danesa y finlandesa.

Noruega rechazó la membresía de la CEE en 1972, mientras que Dinamarca actuó como constructor de puentes entre la CEE y los países nórdicos.

También en 1973, aunque no optó por ser miembro de pleno derecho de la CEE, Finlandia negoció un tratado de libre comercio con la CEE que en la práctica eliminó los derechos de aduana a partir de 1977, aunque hubo períodos de transición hasta 1985 para algunos productos.

Suecia no presentó la solicitud para pertenecer a la CEE debido a su política de no alianza, que tenía como objetivo preservar la neutralidad. Posteriormente, Groenlandia abandonó la CEE y desde entonces ha buscado un papel más activo en los asuntos cercanos al polo.

En la década de 1970, el Consejo Nórdico fundó el Nordic Industrial Fund, Nordtest y el Nordic Investment Bank. El mandato del consejo también se amplió para incluir la protección del medio ambiente y, con el fin de limpiar la contaminación en el Mar Báltico y el Atlántico Norte, se estableció una red energética conjunta.

Tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, el Consejo Nórdico comenzó a cooperar más con los Estados bálticos y las nuevas organizaciones del Mar Báltico. Suecia y Finlandia se unieron a la Unión Europea, la sucesora de la CEE, en 1995.

Noruega e Islandia se unieron al Espacio Económico Europeo (EEE) que los integra económicamente con la Unión Europea. La Unión Nórdica de Pasaportes también se incorporó al Espacio Schengen de la Unión Europea en 1996.

El puente de Øresund que une Suecia y Dinamarca dio lugar a una gran cantidad de viajes transfronterizos, lo que a su vez dio lugar a nuevos esfuerzos para reducir las barreras. Sin embargo, las tareas y funciones inicialmente previstas del Consejo Nórdico han quedado parcialmente inactivas debido a la importante superposición con la Unión Europea y el EEE.

No existe una disposición explícita en el Tratado de la Unión Europea que tenga en cuenta la cooperación nórdica. Sin embargo, los Tratados establecen que los acuerdos internacionales celebrados por los Estados miembros antes de convertirse en miembros de la Unión siguen siendo válidos, incluso si son contrarios a las disposiciones del Derecho de la Unión.

Sin embargo, cada Estado miembro debe tomar todas las medidas necesarias para eliminar cualquier discrepancia lo antes posible. Por tanto, la cooperación nórdica solo puede diseñarse en la práctica en la medida en que se ajuste a la legislación de la Unión.