¿Por qué se fue Reino Unido de la Unión Europea?
Recuperar el control sobre sus propias decisiones habría sido el motivo principal por el que Reino Unido abandonó la Unión Europea.
Recuperar el control sobre sus propias decisiones habría sido el motivo principal por el que Reino Unido abandonó la Unión Europea.
Pasaron tres años y medio desde aquel referendeum en que los ciudadanos británicos decidieron dejar la Unión Europea. Este 31 de enero, el anhelo por fin se volvió realidad. Durante este trayecto el Parlamento británico se ha mantenido bastante entretenido en una serie de negociaciones, de idas y venidas y que también, por qué no decirlo, ha generado confusión y temor en algunos ciudadanos. Pero finalmente, el Reino Unido está fuera de la Unión Europea, aunque eso no signifique que las cosas vayan a cambiar de un día para otro.
¿Por qué Reino Unido se quiso ir de la Unión Europea?
Esta ha sido una de las preguntas más frecuentes que ha rondado en la mente del público en general debido a este acontecimiento. Tal vez estas respuestas logren aclarar el panorama.
Según algunos analistas, en los 47 años que el Reino Unido estuvo dentro de la Unión Europea, siempre mantuvo un posición distante de los demás miembros. Recordemos que la Unión Europea es una unión política y económica que reune a 28 países, ahora 27 con la salida de Reino Unido, y que permite el libre movimiento de mercancía y personas dentro de los Estados miembros. Cabe recordar que los británicos no formaron parte de las seis naciones fundadoras de la Unión que en 1957 firmaron el Tratado de Roma: Alemania, Francia, Italia, Países bajos, Bélgica y Luxemburgo. Reino Unido se sumó a la entonces llamada Comunidad Económica Europea (CEE) recién en 1973, pero su motivación siempre fue económica y no de integración política o territorial y estos puntos siempre han sido clave en su relación histórica con la comunidad europea. Eso quedó en evidencia en 1992 cuando se firmó el Tratado de Maastrich que preparaba el camino hacia una unión monetaria y una mayor integración entre los países. En aquel entonces, Reino Unido negoció su exclusión de esas políticas, por lo que nunca adoptó el euro como moneda y tampoco formó parte del acuerdo de Schengen firmado por 26 países europeos entre los que se puede viajar sin controles migratorios, por lo que desde tiempo atrás en el Reino Unido existe un discurso euroescéptico significativo con mayor o menor peso según la época.
En las elecciones de 2014 el sorprendente ascenso del partido euroescéptico y de derecha, UKIP, el Partido de la Independencia del Reino Unido, puso el tema en primer plano y el primer ministro de aquel entonces, el conservador David Cameron, acabó convocando a un referendum para junio de 2016, aunque pocos se imaginaban que terminaría triunfando la campaña a favor del Brexit. Fue una victoria bastante ajustada de un 52% frente a un 48% que dejó a la Unión Europea y al propio Reino Unido en shock, causando un verdadero terremoto político, así lo expresó en su momento el entonces presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk:
"No hay manera de predecir todas las consecuencias políticas de este evento, especialmente para Reino Unido".
Ningún país había abandonado antes a la Unión y no existían precedentes sobre cómo hacerlo y ni siquiera el Reino Unido tiene las cosas del todo claras acerca de los que pasará luego del Brexit, por lo que el proceso ha sido y continuará siendo bastante complejo. Desde el referendum hemos visto desfilar a tres primeros ministros y a un parlamento británico totalmente dividido probando los límites de sus propias normas democráticas y hasta cuestionando el papel de la reina sobre los asuntos políticos del país.
No existe una respuesta concreta a la pregunta de por qué el Reino Unido se quiso ir de la Unión Europea. En el referendum de 2016 ganó la campaña a favor del Brexit bajo el argumento que de esta manera, los británicos iban a recuperar el control sobre sus propias decisiones, sobre todo en lo que respecta al control de sus fronteras y las migraciones. Tres años después los británicos ya no se preguntaban por qué se querían ir, sino cuándo lo harían. El país continúa muy dividido, pero la diferencia ahora es que el primer ministro Boris Johnson del Partido Conservador cuenta con una cómoda mayoría que ganó precisamente por prometer que haría cumplir cuanto antes aquello por lo que el pueblo votó en 2016.
Lo que viene
A partir del 1 de febrero, los británicos ya no pertenecerán a la Unión Europea y entran en un periodo de transición de once meses, que podría llegar a ampliarse, durante los cuales el gobierno británico y la Unión Europea definirán cómo será su relación de ahora en adelante a largo plazo. Desde ahora, el Reino Unido también es libre de firmar acuerdos comerciales con quienes decida y el gobierno de Boris Johnson ve este aspecto como una gran oportunidad. En estos once meses de transición, Reino Unido ya no tendrá voz ni voto en la Unión Europea, pero en la práctica no habrá cambios realmente para los ciudadanos porque se van a mantener los mismos términos en las relaciones comerciales y se van a respetar las reglas vigentes en el aspecto migratorio, por ejemplo.
En cuanto a los derechos de los ciudadanos europeos para vivir, trabajar o estudiar en Reino Unido, todo se mantendrá igual durante el presente año, pero más allá de 2021, aún no se sabe que pasará con quienes pretendan trabajar o estudiar en el Reinos Unido. Es un tema que queda pendiente para futuras negociaciones.
Esta compleja separación va a dar mucho qué hablar durante los próximos meses, tanto dentro del Reino Unido como afuera. A estas cuestiones hay que agregarle la situación de Escocia, que preferiría seguir dentro de la Unión Europea y la situación de las fronteras entre Irlanda que es miembro de la comunidad europea e Irlanda del Norte que pertenece al Reino Unido.