Las nacionalizaciones hechas por Chávez repercutirán negativamente en Venezuela
Hugo Chávez nuevamente hace uso de la expropiación y arremete contra Agroisleña, la más grande empresa agrícola del país.
Hugo Chávez nuevamente hace uso de la expropiación y arremete contra Agroisleña, la más grande empresa agrícola del país.
Hugo Chávez, presidente de Venezuela, una vez más aplica la expropiación para una de las empresas más importantes del país que preside, en esta oportunidad, Agroisleña. Esta empresa con presencia por más de 52 años en la zona es una comercializadora de productos agrícolas que parece no tener mucha importancia – al no ser muy conocida – pero en la práctica es fundamental para los venezolanos al cumplir un rol importante en la cadena de producción de alimentos.
El Gobierno venezolano está empeñado en hacerse con el control de la compañías más importantes del país, de modo que pueda controlar todo el sistema económico de Venezuela a través de ciertas variables muy específicas como son la energía y ahora los alimentos.
De acuerdo al reporte realizado por VenEconomía (destacado boletín económico local), la iniciativa de Chávez terminaría con el más grande proveedor agrícola y así también con las posibilidades de encontrar un equilibrio en el abastecimiento de Venezuela, que importa el 70% de los alimentos para consumo interno y ya tiene problemas para abastecerse con algunos alimentos específicos como son la leche, azúcar, carne, entre otros.
En Venezuela hay 27 millones de personas que se tienen que enfrentar con el fantasma de la escasez, donde los desabastecimientos esporádicos son una realidad y el Gobierno brilla por su ausencia. Otra de las empresas que está en la mira de Chávez es “Polar”, el procesador y empaquetador más importante de Venezuela y por ello sujeto a los designios del controvertido mandatario.
Implicancias políticas de las nacionalizaciones de empresas importantes en Venezuela
La iniciativa de nacionalizar Agroisleña no es otra cosa más que una medida política a través de la cual Hugo Chávez quiere contrarrestar la pérdida de apoyo en la Asamblea Nacional, por ello hace uso de sus poderes como presidente y asume el control de este tipo de empresas y muy probablemente también de “Polar” para acelerar el camino hacia el “socialismo” que propone y que generará más de una disputa con el aparato legislativo.
Las justificaciones entregadas por Chávez se basan en el supuesto “monopolio” u “oligopolio” que sostenía Agroisleña en Venezuela, la que proporcionaba el 50% de la semilla sembrada y también el fertilizante y químicos como pesticidas a los agricultores. La duda lógica que surgió de inmediato fue si cambiaría el supuesto “monopolio virtual” de Agroisleña estando en manos del Gobierno, la respuesta fue breve y poco convincente “El Estado no puede ser acusado de monopolio porque representa el interés general de la población”.
Este tipo de medidas son poco recurrentes en la actualidad, más bien se utilizan como excepción en la mayoría de los países del globo, pero Chávez, de los 11 años de Gobierno que lleva en Venezuela sólo en el 2009 y 2010 nacionalizó 300 empresas bajo la premisa de “acabar con el capitalismo que corroe a Venezuela”.
La difícil realidad económica de Venezuela
La economía de Venezuela no debería enfrentar problemas, sin embargo, las fuertes medidas de control y nacionalización de empresas realizadas por Hugo Chávez, han provocado que los economistas privados tengan una mala previsión de lo que va a ocurrir con este comportamiento, pues ahora el Gobierno va a controlar los precios y la tasa de interés de mayor forma y eso ya ha arruinado la economía.
Si bien es cierto Venezuela ha mostrado una estabilidad en el precio del petróleo (lo que asegura los ingresos del país), la producción en Venezuela se ha reducido bastante en el último tiempo, y como era de esperarse, la respuesta oficial del Gobierno responsabiliza a la crisis mundial del 2009.
Con relación a la nacionalización de Agroisleña, Chávez agregó a los argumentos oficiales que una de las razones que motivó esta medida fue la completa displicencia con que los dueños de la empresa aplicaban el sobreprecio contra los agricultores, aplicando tarifas de hasta un 250%, limitando así la producción y aumentando el nivel de la inflación.