Tarjetas de crédito: consejos para que se conviertan en grandes aliadas de tu economía

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El mercado actual de tarjetas de crédito es interminable, ciertamente no todas las tarjetas son iguales y su utilización es distinta en función de la modalidad por la que optemos.

Es muy importante elegir la tarjeta de crédito que se adecue a su necesidad y condición económica a fin de no tener sorpresas posteriores, que pueden acarrear algún tipo de contratiempo económico.

Dentro de los principales factores a evaluar antes de solicitar una tarjeta de crédito, nos encontramos con el tipo de interés, las comisiones aplicadas y los programas de fidelización.

Tipos de tarjetas de crédito:

Aunque la oferta de tarjetas de crédito es muy variable, existen principalmente tres tipos de tarjeta de crédito:

Tarjetas de crédito aseguradas: Este tipo de tarjeta requiere un depósito previo de seguridad, están pensadas para clientes que, o bien no tienen una hoja de vida crediticia, o bien no tienen buenos antecedentes.

Tarjetas de crédito tradicionales: Son las que no exigen fianza previa alguna pero no cuentan con muchas ventajas; sus límites de crédito son menores que las tarjetas de crédito de primer nivel.

Tarjetas de crédito de primer nivel: Son las que hemos conocido como Oro, Titanio o Platino, tarjetas con límites de crédito amplios y pólizas de seguros incorporadas.

Periodo de carencia:

Este concepto hace referencia al plazo concedido por el emisor de la tarjeta, durante el cual no se cobra ningún tipo de interés. Durante el periodo de carencia, conocido también como periodo de gracia, el cliente abona, únicamente, su deuda sin costes financieros asociados.

¿Cómo se calculan los costes financieros?

Los costes financieros son el importe en dólares que se cobrarán por el uso y disfrute de la línea de crédito. Se calcula sobre el importe satisfecho y pendiente de devolver y la tasa de interés calculada en base al porcentaje anual.

Existen diferentes formas de calcular el coste financiero, si bien los porcentajes a aplicar están regulados en la legislación específica de las tarjetas de crédito.

Otro factor a tener en cuenta son los costes complementarios. Es necesario informarse en el banco si repercute cuota anual por la emisión del plástico, mantenimiento y renovación, que son los conceptos más habituales por los que las entidades cobran costes financieros.

Asimismo, existen cargos y comisiones que los emisores cobran en concepto de números rojos, operaciones realizadas en el extranjero y retrasos en los pagos; todos los porcentajes a repercutir deben estar contemplados en el contrato que se firma cuando se solicita la tarjeta de crédito. Hay que prestar atención a estos conceptos y solicitar que se explique su aplicación en el uso doméstico de la tarjeta, para evitar sorpresas en el futuro.

Otro punto es prestar atención a las retiradas de efectivo en cajeros automáticos. Este ítem es uno de los que representan el mayor coste para los clientes, cuentan con una comisión muy alta si se utiliza la tarjeta de crédito fuera de EEUU, así como si las disposiciones de efectivo se hacen en cajeros distintos a los de la entidad emisora de la tarjeta. Hay que informarse bien.

¿Qué es el límite de crédito?

El límite de crédito es la línea de financiación que otorga el emisor de la tarjeta, habitualmente está relacionado con el historial de crédito, sin embargo, existen muchas tarjetas de crédito que tienen un límite preestablecido.

Programas de recompensas e incentivos

Las tarjetas de crédito denominadas de recompensa, son aquellas que contemplan devolución de efectivo por las compras, millas gratis en viajes, pólizas de seguros, protección frente a accidentes, descuentos en alquiler de vehículos, etc.

Este tipo de tarjetas se concede una vez establecido el historial de crédito.

Tasa de interés:

Las tarjetas de crédito pueden tener tasas de interés fijas o variables. Las tarjetas de crédito con tasas de interés variable, funcionan bajo el mismo procedimiento que los créditos al consumo y los préstamos hipotecarios; la tasa fluctúa junto con la economía. Si los intereses oficiales suben o bajan, lo harán también los intereses que aplican en la tarjeta de crédito.

En las tarjeras con tasas fijas, si bien las fluctuaciones económicas no le afectan tanto, la actual legislación federal permite a los emisores de tarjetas modificar las condiciones, previo aviso de quince días a los titulares.

En el ámbito de las tarjetas de crédito, la responsabilidad y un correcto control de los gastos, son fundamentales para no arrastrar posiciones en descubierto que le generarían un coste adicional provocado por las altas tasas de interés.

Si tiene pensado destinar su tarjeta principalmente para disponer efectivo en los cajeros automáticos, la elección se debe basar en una tarjeta con un tipo de interés más bajo y cargos mínimos ya que los intereses aplicados sobre las retiradas de efectivo son, habitualmente, mucho más elevados.

Para determinar qué tipo de tarjeta de crédito conviene, hay que hacer un análisis de la economía familiar, en el que la liquidez sea la premisa fundamental a evaluar.

Las tarjetas de crédito pueden ser grandes aliadas o grandes enemigas y, solo depende de tí, que se conviertan en una cosa u otra.