Tres escenarios posibles para la recuperación económica después del COVID-19

Las letras V, U y W son utilizadas por los analistas para graficar sus predicciones sobre la recuperación económica.

Escenarios para la recuperación económica

La pandemia de COVID-19 esta provocando silenciosamente una recesión a la que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya ha decidido bautizar como “El Gran Confinamiento” y sobre la que parece haber el consenso de que será la mayor crisis económica desde la Gran Depresión de 1929, pero la pregunta que aún no tiene respuesta es sobre la forma que tendrá esta recesión. Como se sabe, en estos casos los expertos suelen recurrir al abecedario para graficar el ritmo en que se recupera una economía. Como no hay reglas que la definan, cada analista escoge la letra que más se parezca a sus predicciones; siendo las más populares la V, W y U. La elección de las letras se basa en cómo ve el analista el gráfico de la tasa de crecimiento del PIB en el tiempo.

La definición más extendida de lo que es una recesión es aquella que manifiesta que una economía entra en recesión cuando suma dos trimestres consecutivos de caída del Producto Interno Bruto (PIB).

Es preciso aclarar que la incertidumbre ante la crisis actual es grande y, como ha expresado el economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, Martín Rama:

“(Es mejor tomar) todas las predicciones que se hagan en estos momentos con un enorme margen de error".

La V como escenario ideal

Las recesiones forman parte del ciclo económico y, en muchos casos, son inevitables. Entonces, lo que mejor puede pasar cuando toque vivir una, es que esta tenga forma de V.

José Tessada, director de la Escuela de Administración de la Universidad Católica de Chile se pronuncia sobre este punto:

"Recesiones buenas no tenemos, pero la V es esa caída pronunciada con una salida igualmente pronunciada. La idea es que uno vuelve a un nivel muy similar al inicial y que la recesión es relativamente rápida… aunque puede durar un par de trimestres o más".

Una V describe una caída del PIB precipitada, con un ápice breve y un repunte empinado. Las predicciones más optimistas consideran que aún hay posibilidades de que la recesión actual acabe tomando esta forma.

Tessada se pronuncia al respecto:

"Existe la sospecha de que, si se logra controlar la pandemia, podríamos estar en presencia de una V porque podrías empezar a levantar las restricciones y a recuperar el crecimiento a los niveles anteriores o parecidos".

Paul Gruenwald, economista jefe global de la agencia de calificación de riesgo S&P Global Ratings, prevé que en el segundo trimestre de 2020 veremos una caída aguda como las que se dan en las recesiones en forma de V, pero recuerda que para terminar de dibujar esa V se necesitaría remontar de manera ágil y abrupta.

"Digamos que las restricciones de distanciamiento social se levantan o que se desarrolla una vacuna o tratamiento. Entonces, volveríamos rápidamente a la ruta original".

Sin embargo, los posibles escenarios de recuperación que él esboza no son tan optimistas. Lo que marcará el ritmo, en su opinión, será cómo se vea afectado el lado de la oferta: la mano de obra, el capital y el crecimiento de la productividad, pues si ninguno de ellos cambia, la economía regresará a su ruta original, lo que es un buen escenario. Pero para que ello ocurra, la crisis de COVID-19 tendría que limitarse al sector de la salud, solo así, ningún elemento del lado de la oferta se vería alterado, por lo que sería sencillo volver a los niveles anteriores.

La U, el gráfico más probable

Las proyecciones de S&P para la economía global comprenden una caída del PIB del 2,4% en 2020 seguida de un crecimiento del 5,9% en 2021. Algo que, para Gruenwald, resultará más, similar a una U que a una V.

"Lo que vemos ahora se parece más a una U o a una U larga y ancha en la que recuperamos la mayor parte del shock, pero a una tasa menor".

Por su parte, Tessada define lo que es una recesión en forma de U:

“(Es aquella en la que) "entras y sales, pero te mantienes abajo un poco más de tiempo, como si te costara salir. Te quedas abajo, te cuesta recuperarte, pero con el tiempo sales y vuelves a un nivel como el anterior".

Este también es el escenario que observa la directora administrativa de la agencia de calificación de riesgo Moody's, Elena Duggar.

"No vamos a recuperar durante la segunda mitad del año toda la producción que se perdió en la primera. Hay mucha actividad, por ejemplo, en el sector de los servicios, que no se va a recobrar: todas las comidas que perdieron los restaurantes, las vacaciones, los planes de viajes”.

Las últimas predicciones de Moody's son de finales de febrero y estiman una caída global del 0,5% del PIB en 2020, seguida de una subida del 3,2% en 2021. Todo esto, siempre que se cumplan las suposiciones que hace la agencia. En medio de la incertidumbre en la que se hacen estas proyecciones, hay algo de lo que no hay duda: el segundo trimestre de 2020 va a ser económicamente doloroso. Sin embargo, los analistas ven señales positivas que les hacen pensar que la economía acabará remontando y formando esa U.

Al respecto, señala Duggar:

"Estamos viendo que en China se levantan los confinamientos, hay reaperturas de fábricas. Según el sector, hay reportes de que se ha recuperado una capacidad de entre el 45% y el 70%. En términos de la capacidad de la economía para volver a funcionar, vemos noticias positivas allí".

En su informe, S&P ve como señales positivas que las curvas de contagio se estén aplanando y que las intervenciones gubernamentales se estén reflejando en aspectos como que se haya estabilizado el apetito de riesgo de los inversores o que la volatilidad haya bajado.

La agitada W

Como advierten los analistas de Moody's y S&P, la duración de las medidas de confinamiento juegan un papel importante a la hora de determinar cuándo acabará la caída y comenzará la recuperación. S&P señala en su informe algunos factores que podrían poner en peligro la recuperación económica, como que, tras un enorme gasto público, los gobiernos empiecen a aplicar medidas de austeridad antes de tiempo. Pero Gruenwald asegura que el mayor riesgo sigue estando en el sector de la salud.

"Si tenemos un escenario en el que el distanciamiento social se relaja y el número de infecciones empieza a repuntar y como que vamos hacia atrás y hacia adelante y tenemos una normalización mucho más lenta; eso va a afectar la trayectoria de la recuperación".

Una curva de contagio de COVID-19 que suba y baje acabaría provocando una recesión con forma de W.

Tessada lo explica de esta manera:

"La W es cuando entras y sales, pero vuelves a entrar (en recesión). Tu recuperación final no ocurre, sino que en el intermedio hay un momento en el que hay una aceleración, pero esta no se sostiene y vuelves a caer".

Este camino agitado hacia la normalidad traería consigo pérdidas en la producción, como afirma el informe de S&P, el cual añade de manera más apocalíptica:

"Más inquietantemente, es posible que no consigamos una vacuna o tratamiento en el período que abarca este pronóstico, lo que significaría que volver a la normalidad podría ser imposible".

A este último caso, algunos le asignan la letra L: tras una caída, la economía se mantiene a un ritmo mucho menor, sin recuperarse. Pero eso, más que una recesión, es un cambio permanente en el nivel de crecimiento, una recesión propiamente dicha implica que vas a volver al nivel que tenías antes.