Desafíos postcrisis, innovación en America Latina

Innovarse para subsistir

No cabe ninguna duda que la crisis global actual ha puesto de manifiesto la necesidad imperiosa de establecer cambios estructurales e inmediatos en todo orden social. Específicamente, las estrategias y métodos productivos que se centran en la absoluta necesidad de innovar para evitar la extinción.

Esta necesidad de innovar, presenta retos y desafíos importantísimos para las economías, pero específicamente América latina tiene ante sí un enorme reto.

El crecimiento de la región en el mercado global no ha experimentado cambios porcentuales en los últimos 30 años manteniéndose en un 5%, mientras Asia ha multiplicado por cuatro su incursión en el mercado en el mismo plazo de tiempo, adquiriendo un 20% de penetración comercial.

Innovación insuficiente en América Latina

La innovación no ha sido, ni es en la actualidad, un asunto especialmente importante o prioritario en las políticas económicas, sociales y públicas de los gobiernos en el continente.

Cuentan con grandes obstáculos para establecer los mecanismos de la protección de la propiedad intelectual y las barreras burocráticas desaniman a empresarios y productores a la inversión en i+ d +i.

El modelo educativo sigue desconectado de los modelos productivos actuales y la juventud no encuentra herramientas que les permitan dedicarse a la investigación e innovación.

Renovarse o morir

La crisis global actual ha puesto de manifiesto la necesidad de cambiar estos patrones en términos de productividad. El crecimiento de las economías depende exclusivamente de la capacidad para crear, innovar y optimizar los recursos existentes en la generación de bienes y servicios sustentables.

Innovación, una estrategia integral.

Si bien no existen fórmulas únicas para llevar a cabo este proceso de cambio, cada país debe realizarlo en función de su penetración tecnológica, sistemas tributarios, capital humano e industria.

No obstante, existen estrategias exitosas para fomentar la innovación en las economías; sostenimiento de las políticas de gobierno a gobierno, papel activo de todos los sectores de la sociedad, reformas estructurales en los modelos educativos.

La buena noticia

Todos los cambios requeridos para establecer la función innovadora en los modelos productivos son factibles en todas las economías de América Latina, sin embargo conviene recordar que no queda mucho tiempo, la crisis global ha puesto de manifiesto la urgencia con la que hay que adoptar el nuevo modelo ya que la inseguridad, la incertidumbre y la exposición al riesgo, son demasiado elevados como para ignorar el problema.

Es imprescindible por lo tanto, comenzar a trabajar en la forma de acceder y optimizar las oportunidades resultantes del final de la crisis global, que se producirán en el corto plazo.