Preguntas inesperadas en una entrevista de trabajo

La apariencia y una buena presentación por escrito no bastan para convencer a los reclutadores financieros. Hay que ir más allá y estar preparados para improvisar

Preguntas inesperadas en una entrevista de trabajo

Al momento de acudir a una entrevista de trabajo, las personas se preparan de la mejor manera posible esmerándose en una buena presentación del currículo vitae, la mejor apariencia física y el vestuario apropiado, una exposición ensayada de la experiencia profesional y así sucesivamente, todos los detalles que puedan trasmitir la imagen ideal para obtener el empleo.

Para los profesionales que buscan trabajo en el área financiera, sin embargo, la preparación debe ir más allá de estos aspectos básicos, pues es vital que se domine también la actualidad económica y que la persona sea capaz de dar respuestas creativas y espontáneas a situaciones improvisadas.

Se consultó a un grupo de expertos en reclutamiento para destacadas empresas financieras como JP Morgan Chase, y estas fueron sus recomendaciones sobre distintas categorías de preguntas.

1. Véndeme este lápiz y explícame: ¿por qué debo comprarlo?

Con ello se pretende conocer la capacidad del entrevistado para vender bienes o servicios de manera espontánea y sin ninguna preparación previa. Esta habilidad es muy importante cuando se trabaja con negocios, y específicamente para el área de ventas, la persona debe reaccionar por instinto. Sea que es innato o adquirido a través de la experiencia, los entrevistadores se inclinarán por este tipo de aspirantes y no por los que necesitan un mayor entrenamiento.

2. ¿Por qué las tapas de las alcantarillas no son cuadradas?

Aunque parezca un chiste o una trampa, esta pregunta tiene un objetivo muy claro: determinar el nivel de creatividad del entrevistado. La empresa Microsoft la empleó para determinar la capacidad de razonamiento lógico de los aspirantes y las estrategias que utilizan para resolver un problema. ¿Cuál es la respuesta apropiada en este caso? Las personas capaces de responder y dar una solución, son eficaces, eficientes, y sumamente apreciadas en el sector de las finanzas.

3. ¿Cuántos galones de pintura blanca para casas se venden en Estados Unidos cada año?

Aquí los reclutadores están esperando observar la forma en la que la persona procesará la interrogante, no una respuesta exacta. El desarrollo lógico del problema planteado en voz alta, evidencia que el candidato está analizando la cuestión y seguramente terminará con una conjetura. Es importante, sin embargo, que se posea información básica como número de habitantes del país, las más importantes áreas metropolitanas y ese tipo de datos que todo profesional debe manejar, el resto es cuestión de tener una mente clara y reaccionar apropiadamente.

Una decisión difícil

Es el primer día de trabajo y debe atender dos asuntos urgentes. El primero es un cliente molesto que amenaza con no volver a emplear los servicios de la empresa, y el segundo es un compañero de labores que necesita resolver de inmediato un problema interno.

4. ¿Cuál de las dos situaciones atenderá primero?

El objetivo es determinar la habilidad de la persona para establecer prioridades, pero la respuesta correcta es subjetiva y dependerá de los valores que prevalecen en la empresa que ofrece el empleo. Es decir, que tan identificado se está con la cultura empresarial.
En algunas organizaciones la política está orientada a dar relevancia los intereses del cliente por encima de otras consideraciones. En otras, lo más importante es el trabajo en equipo. ¿Qué se puede hacer en ese caso? Lo ideal es averiguar previamente el perfil de la empresa en su sitio web, para determinar su perfil organizacional y saber hacia dónde se orientan sus valores.

5. ¿Tiene alguna pregunta?

Todos conocen la importancia de guardar unas interrogantes para demostrar el interés en la organización, y la sana curiosidad que mueve al individuo a aprender y conocer su entorno. Pero hay que evitar por todos los medios preguntar lo obvio, o alguna información que esté fácilmente al alcance de todos con solo visitar el sitio web de la empresa. O peor aún, desperdiciar la oportunidad con la trillada frase: “no, no tengo ninguna duda”.

Para quedar bien con el entrevistador, se sugieren unas preguntas claves:

  • ¿Qué puedo esperar durante los primeros noventa días de empleo?
  • ¿Qué está haciendo ahora la última persona que desempeñó este puesto?

Y si se quiere ser más arriesgado, consulte a su entrevistador si tiene alguna inquietud o dudas sobre sus capacidades y si hay algo que pueda ayudar a ampliar la información. Seguramente se interpretará como un gesto valiente de su parte, y en el peor de los casos, le servirá como retroalimentación.