El amor también puede surgir en el lugar de trabajo

Aunque las empresas se oponen categóricamente, es difícil evitar que surja la atracción entre personas que pasan muchas horas juntas compartiendo espacios y actividades en común

El amor también puede surgir en el lugar de trabajo

Millones de hombres y mujeres pasan gran parte del día trabajando, esta es la actividad central, el lugar donde se interactúa con otras personas, al punto que pueden llegar a establecerse relaciones muy sólidas de amistad y compañerismo que trascienda muchas veces el ámbito laboral. Pero, ¿qué pasa cuando algunas de esas relaciones van más allá de la amistad, y se convierten en atracción sexual y/o amorosa? Existen diversos puntos de vista al respecto.

Algunos especialistas aseguran que combinar trabajo y amor puede aumentar el rendimiento laboral, mientras otros lo consideran negativo no solo en términos de rendimiento, sino también de imagen corporativa.

Un número cada vez menor de empresas prohíben explícitamente la contratación de parejas o familiares, para evitar que los asuntos de índole doméstico interfieran en el trabajo. Estas medidas hoy en día pueden catalogarse como poco realistas, y en ocasiones, exponen a organizaciones a demandas por vulneración de derechos, e incluso por discriminación, puesto que es común que se sancione a las mujeres y no a los hombres.

Empresas en desacuerdo con el romance

En Estados Unidos, la Sociedad de Gestión de Recursos Humanos realizó una encuesta sobre el tema, cuyo resultado reveló que en el 52% de las organizaciones prevalece la idea de que los romances son perjudiciales en el trabajo, y un 95% de gerentes estima que deben prohibirse totalmente. Por su parte, el 40% de los empleados confesó haber tenido al menos una relación amorosa en el trabajo, y el 90% admitió haber tenido relaciones sexuales en las instalaciones de la empresa.

Ante estas circunstancias, las empresas buscan medios para que las cosas no se escapen de un oportuno control. Una de las ideas que persiste en la los “contratos de amor”, que muchas empresas están obligando a firmar a las parejas laborales. Allí se establecen una serie de compromisos que los involucrados se comprometen a cumplir, para que la relación no perjudique el trabajo.

Compromiso laboral o sentimental

El estudio consultó a 500 ejecutivos de recursos humanos y más de 400 empleados, y determinó además, que el 72% de las compañías no tiene definida una política al respecto. Pero esta situación tiende a cambiar; lo que antes no se tomaba en cuenta, comienza a ser objeto de análisis: largas jornadas laborales, asistir a juntas y eventos, viajar por negocios y compartir intereses, son los factores que más inciden en el hecho de que dos compañeros se relacionen sentimentalmente.

Recomendaciones para enamorados corporativos

Sea que se trate de compañeros de un mismo nivel jerárquico, o de jefes y subalternos, las relaciones amorosas en la oficina siempre deben ajustarse a la ética profesional, estableciendo límites claros entre unos y otros roles.

Si como personas adultas, dos empleados deciden vincularse sentimentalmente, lo correcto es establecer reglas en la oficina o área laboral, que permitan experimentar la relación con madurez y seriedad, sin dejar de cumplir las funciones asignadas a cabalidad, o sin causar interferencias en las tareas, a la vez que se resguarda la imagen corporativa con profesionalismo y sentido institucional.

  • La regla de oro es que ambas personas tengan la capacidad de establecer límites claros entre la vida privada y la vida laboral, tratándose de manera equitativa con el resto de los compañeros
  • No hacer demostraciones afectivas en público
  • Respetar el área laboral de cada uno
  • No permitir que la relación disminuya o afecte negativamente la productividad
  • No utilizar los recursos como el correo electrónico, el teléfono y otros medios para enviar mensajes a la pareja
  • Si la relación se formaliza, es conveniente que uno de los dos inicie la búsqueda de empleo en otra empresa