La relación entre el talento y las empresas de hoy
La disyuntiva entre solicitar trabajadores con experiencia o empleados talentosos sigue latente, aunque con claras muestras de ceder hacia el potencial del trabajador.
La disyuntiva entre solicitar trabajadores con experiencia o empleados talentosos sigue latente, aunque con claras muestras de ceder hacia el potencial del trabajador.
En la búsqueda de empleo todos tienen que lidiar con los avisos económicos que plantean la necesidad de “llenar una vacante”. Cuando se observa la posibilidad, de inmediato se acude a ella con la esperanza de conseguir el ansiado trabajo, pero así como va uno, son muchos otros los que sintieron la misma necesidad y tomaron los mismos riesgos al postular, pero ¿Qué los diferencia a todos ellos? El talento que cada quien posea.
Se entiende por talento el potencial que tiene una persona para ejercer una determinada actividad. Son el conjunto de aptitudes o características que una persona determinada posee y le permiten desarrollar una labor, al menos teóricamente, mejor que otros. No obstante todo lo que implica contar con trabajadores talentosos y de potencial prometedor, muchas compañías hoy solicitan “experiencia” comprobable, certificaciones de otros trabajos similares al que se postula y buenas referencias, pero ¿Se olvidaron de la necesidad de contar con trabajadores habilidosos?
Un estudio hecho por Profiles International demostró que la mayoría de quienes deja su empleo encuentra la razón en el “aburrimiento”. La falta de desafíos, proyecciones mínimas o inexistentes y otros factores muy similares, terminan por acabar con la esperanza de “querer ser el mejor”. Este estudio evidenció que apenas el 30% de los empleados no deja su trabajo por distintas razones, pero contrasta con una mayoría hambrienta de conocimientos, perfeccionamiento y de oportunidades.
Muy por el contrario de las ofertas de trabajo empresariales, quienes se publicitan para conseguir un empleo publican la necesidad de pertenecer a un proyecto “ambicioso”, “innovador” y que haga factible el sueño de perfeccionarse. Según las estadísticas del trabajo antes mencionado, quienes están buscando un empleo constantemente lo hacen por causales específicas, a saber:
- Desarrollo profesional (20%)
- Trabajar en una empresa líder (14%)
- Pertenecer a una empresa innovadora (13%)
- Obtener una alta remuneración (7%)
Como si se tratara de una casualidad, la mayoría de los desempleados o trabajadores que desean algo nuevo, están motivados y esperanzados en encontrar un nuevo sistema de trabajo, donde se les ofrezca la posibilidad de perfeccionarse en primer lugar, mientras que lo último en lo que piensan es en la remuneración, a rasgos generales.
El trabajador de hoy en día tiene que mirarse a sí mismo como un verdadero producto, uno que está enfocado en una sola cosa, “ser multifuncional en su trabajo”. La rentabilidad y proyecciones muchas veces llegan por añadidura. Las nuevas empresas no se ven como un fin de vida, sino como un medio para conseguir un fin, el cual es “perfeccionarse continuamente”. Las jerarquías piramidales de antaño ya no tienen mucha cabida en el nuevo concepto, pues se necesita potencial, gente con habilidades y deseos de aprender muchas veces.
Las inquietudes de un trabajador que se ve como producto, siempre se van enfocando en cosas nuevas, razón por la cual no dura eternamente en un puesto y busca nuevas competencias que adquirir. La empresa moderna tiene asumido un compromiso “implícito” con este tipo de trabajadores, ya que dale posibilidades a este emprendedor del conocimiento le otorga mayor valor agregad al producto (trabajador), y por ende a la propia compañía.
¿Qué hace que un trabajador permanezca en una misma empresa? Según un estudio realizado por Harvard, el mantener una identidad cultural. Esto quiere decir que la esencia del trabajador (intereses, habilidades, personalidad, etc.) no difiere de los fines de la compañía. Las próximas contrataciones mirarán hacia el “talento” y las “posibilidades de”, mientras que hoy todos ven en la contratación de un profesional con experiencia comprobable un menor riesgo.