Naomi Campbell admite haber recibido diamantes sucios
En el contexto del juicio que investiga el papel de Charles Taylor (ex presidente de Liberia), en el tráfico ilegal de piedras preciosas, la modelo Naomi Campbell admitió haber recibido un regalo de diamantes en bruto, que al parecer, tenían un aspecto “sucio”.
Según el testimonio de Campbell ante el Tribunal Especial de La Haya para Sierra Leona, ella recibió las joyas en el año 1997, en Sudáfrica, y luego de conversar con algunos amigos, sospechó que pudieran venir de parte de Taylor.
Por esto, Campbell decidió que no quería quedarse con los diamantes y se los entregó a su amigo Jeremy Ratcliffe, quien trabajaba para el Fondo de Ayuda a la Infancia de Mandela (NMCF).
Luego de entregar los diamantes a la policía el día jueves, Ratcliffe declaró, en un comunicado a la BBC: “Tres pequeños diamantes en bruto me fueron dados por Naomi Campbell en el Blue Train, el 26 de septiembre de 1997”.
Ante la pregunta de por qué no dio aviso a la policía antes, Ratcliffe aseguró que quiso proteger la reputación de la fundación NMCF, del Sr. Mandela y de Naomi Campbell, quienes no se verían beneficiados ante tal noticia.
Origen del Regalo
La declaración de Naomi Campbell surge del testimonio de la actriz Mia Farrow, quien estuvo junto a la modelo en la cena benéfica organizada por el ex presidente Nelson Mandela, donde el señor Taylor fue invitado y donde Campbell recibió el regalo.
Al parecer, en el contexto de la cena, dos hombres no identificados se presentaron en la habitación de Campbell y le dejaron el regalo de diamantes.
Acusación a Taylor: Diamantes Sangrientos
Por su parte, Charles Taylor está acusado de utilizar diamantes extraídos ilegalmente para asegurar las armas de los rebeldes del Frente Revolucionario Unido en Sierra Leona, durante la guerra civil de 1991 a 2001, que dejó como saldo alrededor de 130.000 muertos y miles de heridos.
En África es común el caso de países que utilizan el tráfico de joyas para financiar guerras y conflictos. De hecho, la película Diamante Sangriento (Blood Diamond), dirigida por Edgard Zwick y protagonizada por Leonardo Di Caprio y Jennifer Connelly, relata lo sucedido en la Guerra Civil en Sierra Leona durante el año 1999.
Acorde a lo sucedido, y luego de que la ONU votara en el año 2000 la creación de un nuevo mecanismo de certificación, que comenzó a funcionar a partir del año 2002, el tráfico de diamantes sucios se redujo.