El Brexit duro y sus consecuencias
Se vienen días decisivos para el Reino Unido en su proceso de desvincularse de la Unión Europea.
Se vienen días decisivos para el Reino Unido en su proceso de desvincularse de la Unión Europea.
A poco tiempo de su nombramiento como el nuevo primer ministro británico, Boris Johnson se enfrentará a uno de los retos más grandes de la historia reciente del Reino Unido, el Brexit.
Johnson hereda el desafío de Theresa May, cuya carrera política finalizó junto a sus intentos de que el Parlamento aprobara el acuerdo al que había llegado con la Unión Europea para un “Brexit blando”.
A diferencia de May, Johnson se ha mostrado partidario de la posibilidad de que el Reino Unido abandone la Unión Europea sin un acuerdo, lo que se denomina el “Brexit duro”.
El primer ministro británico tiene muy claro que el 31 de octubre el país abandonará la Unión Europea se llegue o no a un acuerdo.
¿Qué es el Brexit duro?
Según el acuerdo para un “Brexit ordenado” que suscribieron la Unión Europea y Theresa May, que fue rechazado tres veces por el Parlamento británico, a partir del 31 de octubre el Reino Unido entraría en un período de transición de 21 meses.
Durante este tiempo, las partes se ajustarían progresivamente y negociarían los términos de su nueva relación, sin que la situación variase demasiado. Pero la polémica se genera en la “salvaguarda” para evitar la instalación de una frontera física en Irlanda.
Viendo que sus esfuerzos por conseguir que el Parlamento aprobara este acuerdo eran vanos, la primera ministra terminó renunciando. Si hasta el 31 de octubre, las negociaciones no llegaran a buen puerto, entonces la salida del Reino Unido de la Unión Europea sería de manera abrupta, lo que se conoce como un “Brexit duro”, es decir que el país dejaría la Unión Europea de un día para otro.
Siendo así, el 1 de noviembre, Reino Unido ya estaría fuera del Mercado Único y de la Unión Aduanera, dos de los principales instrumentos de política comercial del bloque y las partes se relacionarían solo por las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El “Brexit duro” implicaría salir inmediatamente de la órbita de varias instituciones como la Corte Europea de Justicia y la Europol. También terminaría la afiliación a docenas de cuerpos gubernamentales que regulan asuntos generales como medicinas y marcas registradas.
Asimismo, Reino Unido se ahorraría tener que contribuir al presupuesto de la Unión Europea una cantidad que ronda los 11.200 millones de dólares por año. Pero el problema más grande al que se verían enfrentados británicos y europeos sería la cuestión de la frontera entre la República de Irlanda (miembro de la UE) e Irlanda del Norte, parte del Reino Unido, asunto pendiente al que aún no le han hallado solución.
La posición de Johnson
Por su parte, Boris Johnson ha asegurado que Reino Unido saldrá de todas maneras de la Unión Europea el 31 de octubre haya o no haya acuerdo y se mostró a favor de abandonar el acuerdo de Theresa May para buscar uno nuevo antes del 31 de octubre.
La recién elegida presidenta de la Comisión Europea, Ursula von Leyen, quien asumiría el cargo el 1 de noviembre de este año, se mostró a favor de extender los plazos para el Brexit, aunque advirtió que el acuerdo suscrito con May no será renegociado.