El aumento de las ventas depende de la reputación que tenga una empresa
La reputación de una compañía se divide en interna y externa, dependiendo de éstas se puede analizar el aumento o descenso de las ventas.
La reputación de una compañía se divide en interna y externa, dependiendo de éstas se puede analizar el aumento o descenso de las ventas.
La reputación es una opinión individual o social que se tiene sobre una persona, grupo de personas o una organización, la cual se ha comprobado es fundamental en distintos ámbitos como por ejemplo la educación, los negocios, las comunidades online, etcétera. Para muchos la reputación forma parte de la identidad, y bajo esa perspectiva toda empresa que quiera aumentar sus ventas inexorablemente dependerá de su nivel de reputación, el problema es saber de ¿Cuál reputación?
Como lo vimos anteriormente, la reputación tiene distintos prismas, pero en lo que respecta al deseo de aumentar las ventas por parte de una empresa, se sabe que el nivel de reputación que debe tener toda organización debe ser positivo y sobresalir sobre todo en los propios empleados. Investigaciones recientes comprueban que la opinión que tengan los trabajadores de una empresa incide de forma crucial en el desempeño de la misma, al punto de ser más importante que la opinión que tengan los clientes sobre la misma.
Cuando los clientes tienen una buena opinión de los productos y/o servicios de una empresa, pero los empleados de ésta no están conformes, el nivel de popularidad baja entre los consumidores que frecuentan esta marca o que la prefieren por sobre otras opciones en el mercado.
Alcances de la reputación en la actualidad
Para muchos hablar de reputación no resulta tan importante como debería serlo, y es que no tienen claro el alcance que ésta tiene en la cadena que vincula a una empresa dentro de la sociedad. Para quienes desconozcan la trascendencia que tiene, deberán pensar que dependiendo de la reputación de una organización se establecerán precios más elevados o más bajos, se atraerán clientes más o menos importantes, habrá una mayor o menor credibilidad y se podrá acceder a inversionistas más o menos importantes.
El factor clave es la diferencia que exista entre la reputación interna (trabajadores) y la externa (resto de personas ajenas a la empresa). El punto interesante aquí es observar que los empleados de una empresa pueden condicionar la reputación externa y llegar a debilitarla. Un estudio donde se entrevistó a 4.700 personas (clientes y empleados de una empresa) evidenció que cuando la conformidad de los empleados es más baja que la de los clientes, las ventas bajan indefectiblemente.
La explicación es sencilla, ya que si los trabajadores están contentos con los resultados y alcances de la empresa en que trabajan, darán una mejor atención y así también conquistaran a los consumidores en general, convirtiéndolos más tarde en clientes. Otro de los problemas que hay que analizar es qué pasa cuando se invierte esta brecha, es decir, los clientes tienen una percepción mucho más negativa de la que tienen los propios empleados de la empresa en cuestión.
Cuando se quiera mejorar la reputación de una empresa a nivel externo, hay que revisar primero qué pasa con los propios empleados de esta compañía, puesto que de nada sirve esforzarse por hacer una mejor oferta o dar más servicio al cliente, si los propios trabajadores no creen en lo que hacen. Ante esta situación, la solución es relativamente sencilla, hay que hablar con claridad y ser empático, mostrando la visión que se tiene sobre las perspectivas de esta empresa y su rol en el mercado en el que se desenvuelve.