Una decisión nada santa
Donald Trump decidió reconocer a Jerusalén como capital de Israel en contra de la voluntad internacional.
Donald Trump decidió reconocer a Jerusalén como capital de Israel en contra de la voluntad internacional.
Golpe a la historia. Fiel a su estilo, el presidente de Estados Unidos de América, el magnate Donald Trump, reconoció este último miércoles a la ciudad de Jerusalén como capital del Estado de Israel, tirando por la borda, en opinión de muchos analistas, años de negociaciones para lograr la paz entre Israel y el Estado de Palestina. Enfocado en cumplir su promesa electoral, el mandatario norteamericano ha ignorado las considerables consecuencias que su polémica decisión puede acarrear. Estas son algunas de ellas:
1Protestas masivas
Antes de hacerse oficial la decisión de los Estados Unidos, el presidente Trump ya había conversado con algunos países cercanos sobre el tema en cuestión y lo que se conoce es que la gran mayoría se mostró en desacuerdo con la medida debido a las serias consecuencias que tal acto provocaría. No estaban lejos de la realidad; un día antes de oficializarse la medida, muchos grupos y organizaciones árabes ya habían llevado a cabo protestas y movilizaciones en las calles y frente a embajadas de Estados Unidos de América, como en el caso de la ciudad de Ankara, por ejemplo. Si bien estas fueron pacíficas, se teme que una vez oficializada la decisión de parte del gobierno norteamericano, estas protestas se radicalicen y puedan tornarse violentas de la mano de grupos extremistas. Por lo pronto, Ismail Radwan, portavoz del movimiento palestino Hamas ha manifestado que “esta decisión abre las puertas del infierno para los intereses de Estados Unidos en la región”.
2Debilitamiento del proceso de paz entre árabes y palestinos
Si bien el presidente Trump se había comprometido desde inicios de su mandato a llevar a buen término el proceso de paz árabe – israelí, este acto, considerado arbitrario por los árabes, podría traer abajo su papel de garante de la paz en el medio oriente. La decisión que ha tomado el gobierno norteamericano sobre la situación de Jerusalén “equivale a que Estados Unidos renuncie a su papel como mediador de la paz", han sido las duras palabras de Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina.
3Crisis en el frente contra Irán
El programa nuclear de Irán causó considerable preocupación tanto en Israel como en los países árabes, motivo por el cual, a pesar de las diferencias que los separaban, se vieron en la necesidad de compartir y confrontar información de inteligencia sobre las estrategias de Teherán; todo ello avalado por el gobierno del ex presidente Barack Obama. Sin embargo, la intempestiva decisión del actual mandatario estadounidense podría traerse abajo los avances logrados hasta el momento en la lucha contra la influencia iraní en la región.
“Jerusalén es el tema perfecto que pueden usar Irán y los militantes islamistas para movilizar apoyos en contra de Estados Unidos”, ha escrito Shibley Telhami, investigador principal del Centro sobre Políticas de Medio Oriente del Instituto Brookings con sede en Washington D.C., Estados Unidos.
Pero eso no es todo; la actitud del presidente Trump también podría afectar las relaciones entre dos de sus aliados contra el Estado Islámico: Turquía e Israel. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha manifestado que el reconocimiento de Jerusalén como capital israelí, por parte de los Estados Unidos, podría traer consecuencias tan graves como la ruptura de relaciones entre Turquía e Israel.
Donald Trump ya ha formalizado su decisión, ahora todo queda en manos de la ONU que en las próximos horas o días llevará a cabo una reunión de emergencia para tratar el tema. Se vienen días nada santos en tierra santa.