Vida artificial, de la ficción a la vida real
Una bacteria artificial podría transformar en hidrógeno un diez por ciento de energía solar, diseminándola en un área de trece mil kilómetros cuadrados, suficiente como para impulsar todo el transporte de Norteamérica.
Una bacteria artificial podría transformar en hidrógeno un diez por ciento de energía solar, diseminándola en un área de trece mil kilómetros cuadrados, suficiente como para impulsar todo el transporte de Norteamérica.
La tecnología y la ciencia avanzan a pasos tan agigantados, que muchas veces nos deja atónitos. Pero todo se supera, aunque todavía no sabemos si decir por suerte ó lamentablemente. Hoy la noticia es más alarmante, la vida artificial ya es un hecho. Sí, aunque suene a película de ciencia ficción o a una novela de Isaac Asimov: La Vida artificial se puede encontrar en la realidad.
Craig Venter, nacido en Estados Unidos, hace apenas tres años consiguió el primer mapa de ADN humano y elaboró el primer ADN sintético. Dos años después, logró el primer trasplante de material genético de una bacteria a otra.
El grupo de investigaciones que lleva adelante el emprendimiento empresarial, Siynthetic Genomics, efectuó una combinación de los logros aludidos, elaborando la primera célula viva cargada con ADN sintético.
El mismo Venter se cuestionaba hacia dónde va la humanidad. Una pregunta que seguramente gran parte del mundo se estará haciendo, aunque con un dejo de preocupación y alarma.
Venter tiene un panorama optimista, ve probabilidades increíbles para el ser humano. Una bacteria artificial podría transformar en hidrógeno un diez por ciento de energía solar y diseminándola en un área de trece mil kilómetros cuadrados, bastaría para impulsar todo el transporte de Norteamérica. El investigador afirma que la tecnología genética tiene la capacidad de acrecentar la utilidad de un desarrollo normal de diez mil hasta cien mil veces.
Algunos no tienen el mismo grado de ilusión, el encargado de una organización privada canadiense, expresó que la labor de Venter es una “caja de Pandora”, y puso serios reparos en los objetivos a largo plazo. La biología sintética es un campo de actividad de alto riesgo, aunque sea mal entendido. Hizo mención a la invención de la bomba atómica, gran descubrimiento, pero pésimamente utilizado. Todo depende la responsabilidad ética de las manos en que es depositada.
Este descubrimiento ha despertado la curiosidad del gobierno de Estados Unidos, donde el propio Obama pidió una exhaustiva investigación acerca de este tema.
Hablando de Pandora, si cabe en algo el ejemplo que el experto criticaba a Venter; Pandora fue una creación del Dios Zeus para castigar a Prometeo. Hizo una mujer de arcilla y le dio vida, obsequiándosela a Epimeteo con un ánfora que llevaba dentro todas las pestes y males de la humanidad. Epimeteo era el hermano de Prometeo, quien le dijo que no aceptara regalo de los dioses, pero ya era tarde, Epimeteo se había enamorado de Pandora.
En determinado momento, Pandora abre el ánfora y disemina todos los males, pero la cierra justo antes de que se pierda lo último que quedaba: la esperanza. Y allí salió a tranquilizar a la población que corría alarmada y desesperada. Pandora les pedía encarecidamente calma, que aún quedaba en el ánfora la esperanza. La esperanza es lo último que se pierde… ¿será así con el invento de Venter?