Los costos culturales de la crisis económica en Argentina
Argentina afronta una crisis económica que afecta varios sectores y la cultura es uno de los primeros que se resiente cuando el dinero no alcanza.
Argentina afronta una crisis económica que afecta varios sectores y la cultura es uno de los primeros que se resiente cuando el dinero no alcanza.
Argentina enfrenta en este momento una fuerte crisis económica que se caracteriza por la depreciación de la moneda local, la inflación y fuga de divisas. Según expertos internacionales, se avecina una nueva crisis global y recesión económica en los Estados Unidos hacia 2020, lo que vuelve el panorama aún más desalentador.
Según un estudio de web de Mdf Family Partners:
Existe un riesgo elevado de que antes de 2020 la economía de EEUU entre en recesión.
Si bien el arte suele ser un refugio en tiempos de crisis, cuando éstas son económicas las cosas son distintas. La cultura es uno de los primeros rubros en donde los gobiernos y las familias suelen recortar sus presupuestos. Priorizando, obviamente, las necesidades básicas esenciales. El teatro, la música, el ballet, los libros, son bienes secundarios que pueden quedar relegados. En este marco el presidente argentino Mauricio Macri eliminó ya dos ministerios de su gobierno, el de Trabajo y Salud que pasarán a ser secretarías de otras carteras y posiblemente el de Cultura corra con la misma suerte próximamente.
En 2017 según un informe de Global Entertainment & Media Outlook de la consultora PwC, los argentinos gastaron 9670 millones de dólares en el sector del entretenimiento y según sus proyecciones para 2022 esa cifra ascendería a los 13.698 millones.
Según expresó el socio de PwC para Argentina Ariel Vidán:
A pesar de todo lo que sucede afuera y adentro del país, este segmento parece todavía un oasis en varios aspectos.
Sin embargo, pese a estas predicciones tan optimistas, la realidad actual con una crisis económica ya instalada y un dólar que aumenta permanentemente, parece haber cambiado bastante.
Cómo afecta la crisis económica argentina a la cultura
A pesar de que la inflación superó en los últimos meses el 30%, el precio de las entradas teatrales no se incrementó, se mantuvo a un precio, aproximado, de 14 dólares. Y tampoco varió la oferta teatral, pero sí la cantidad de público que va a ver las obras, que es, fundamentalmente, la clase media local.
Esta tendencia desfavorable puede verse aún más marcada durante la próxima temporada de verano. Allí es cuando los espectáculos teatrales viajan a los principales destinos turísticos argentinos: Mar del Plata y Carlos Paz, en busca de una significativa diferencia económica. En este marco, es probable que muchos argentinos de clase media no se tomen vacaciones o si lo hacen, no gasten su dinero en obras teatrales.
El mercado de los libros es otro que se ha visto impactado por los avatares de la crisis económica. El precio de los libros también se incrementó considerablemente producto de la inflación.
Según Roberto Lightowler, Director de Negocios Corporativos de la Editorial Planeta, desde 2015 al 2018 hubo una contracción del mercado local de cerca del 30%, la cual se va a agravar con la coyuntura económica actual. Mientras que los insumos de las editoriales para la publicación de libros aumentan, las ventas disminuyen.
Cómo afectó la crisis económica española la cultura
Si bien cada país tiene sus propias costumbres, su economía y las coyunturas pueden ser diferentes. Es cierto que cuando se trata de cubrir necesidades básicas y secundarias, la lógica lleva a satisfacer según la urgencia y ello deja a la cultura del entretenimiento en último lugar.
Por ello, podría tomarse como ejemplo el comportamiento de los españoles durante su última crisis económica que tuvo su inicio en 2008. Así según un informe realizado por Pricewaterhouse Coopers sobre la evolución del sector del ocio entre 2008 y 2012, los españoles dejaron de salir al cine o a comer para no gastar dinero y remplazaron ese tiempo de entretenimiento, entre otras cosas, con la televisión:
La menor renta disponible aumenta el crecimiento y el consumo de determinados bienes asociados a la industria del entretenimiento. Pasar más tiempo en casa conlleva un mayor uso de la televisión, la sustitución de una cena por una sesión de cine o el alquiler de una película, así como pasar más tiempo delante del ordenador.