Por qué renunció el creador de Windows 8

El encargado de llevar a la realidad Windows 8 renunció a Microsoft luego de que se estrenara el sistema operativo, Ballmer tiene respuestas.

Steven Sinofsky
Steven Sinofsky

Microsoft tiene muchos fanáticos y detractores, pero siempre ha tendido a funcionar de una misma forma, sin embargo, en algún momento la máquina de crear software y hasta artículos electrónicos dejó de ser lo que era y pasó por una especie de crisis interna luego de que Bill Gates dejara de tener injerencia directa en lo que fue su máxima creación. La primera de las claves que se vislumbraron fue la no reunión que se hacía semestralmente entre varios ejecutivos importantes de la compañía, momento en que Sinofsky – presidente de la división Windows – prosperó hasta su abrupta salida del 12 de noviembre.

Pasaron apenas unas cuantas semanas de que la empresa lanzara Windows 8 para que Sinofsky renunciara ¿Qué pasó? Para muchos ajenos a la compañía la salida de Steven fue una locura, sobre todo si consideramos que pasó 23 años en Microsoft y se encargó de muchos proyectos sumamente complejos. Para quienes no lo sepan, Sinofsky empujó Office, arregló muchos errores de Windows Vista y reorganizó todas las creaciones en Windows 8. Así, la salida de Sinofsky estuvo motivada por una decisión entre la compañía y el consejero delegado Steve Ballmer quien siempre decía “Windows 8 todo el tiempo está mal”.

A pesar de que la recepción de Windows 8 no fue mala, recibió críticas como en todos lados, así como elogios por parte de los fabricantes de hardware. Se ha planteado que la verdadera salida de Sinofsky de Microsoft – según varias fuentes cercanas que no han querido ser identificadas – se debió a su condición “solitaria” dentro de una empresa que en todo momento intenta fomentar más niveles de cooperación y consenso entre sus filas. Un ejemplo de lo anterior es que, a las cenas que regularmente se hacían para discutir varios temas importantes (a las que no asistía Sinofsky), terminaron por decidir cambiar el sistema de búsquedas de Bing en Xbox y móviles con Windows Phone, mientras Sinofsky prefería utilizar un método propio.

Muchas personas dijeron que se opuso a proyectos donde se hacían versiones de Office para Apple y una aplicación de la misma herramienta para Facebook. Lo describen como una versión demasiado estructurada de jefe que no apoyaba proyectos donde no participara directamente en la toma de decisiones.

Uno de los aspectos que llaman la atención son que Sinofsky quería mantener el manejo de Windows, aunque no estaba dispuesto a hacer el trabajo sucio, por lo que no se relacionó con compañías extrañas a Microsoft y lanzó el sistema operativo con una cantidad finita de aplicaciones manejadas de forma interna por la empresa (nada de Facebook, Dropbox y cosas por el estilo). Siempre estaba concentrado en un nivel operacional más de “Microsoft” que en la construcción de relaciones con los fabricantes de equipos, dijo un ejecutivo de HP.

Las diferencias con Ballmer eran tan marcadas que, comúnmente, Sinofsky intentaba evitar las reuniones con éste al punto de encontrarse ambos un día en una pelea a gritos. Como era de esperarse, Sinofsky – conocido como el último vestigio en Microsoft – terminó siendo eliminado de la compañía en favor de las decisiones de Ballmer, quien ha llenado de nuevos jefes de división desde que asumió.

No obstante lo anterior, Microsoft no ha dejado de alabar los atributos de Sinofsky, quien fue el componedor, el hombre que mantuvo la maquinaria en marcha y evitó seguir siendo la misma que siempre llegaba tarde. Sinofsky era de aquellos jefes que tenía la capacidad de decirle a los clientes con un año de anticipación qué día llegaría “x” producto decía Vince Mendilo (ex empleado de Microsoft). Sinofsky era un extraordinario ingeniero, uno que entendía a la perfección las necesidades articuladas y desarticuladas de los clientes.