Libre comercio: Un ataque al desarrollo
Los últimos desastres naturales ocurridos en países muy damnificados económicamente, abren una puerta a la reflexión y el análisis sobre la utilización de conceptos como el libre comercio.
¿Se puede considerar una debacle natural la que pone de manifiesto una situación de extrema pobreza provocada por el abuso de poder amparándose en “los designios de la naturaleza”?
Si tomamos como ejemplo los últimos hechos sucedidos en sociedades como Haití, podemos establecer que, la situación que se vive en ese país es el ejemplo óptimo de las nocivas consecuencias en términos de libre comercio mal entendido por el que se rige el planeta.
Haití no es un ejemplo de destrucción provocada por el planeta, más bien al contrario, el desastre de Haití, previsible por otra parte, se provoca por la extrema pobreza en la que está sumida su población. Una pobreza provocada por las estructuras políticas elitistas, corruptas y especuladoras que promovieron políticas en materia agrícola absolutamente dañinas.
Haití, uno de los principales países exportadores de arroz en el mundo, comenzó a importar arroz atendiendo a las medidas antiproteccionistas del gobierno. El arroz importado destruyó la capacidad de producción de las familias suponiendo un empobrecimiento aún mayor para una población ya históricamente, sometida a los abusos de sus gobernantes.
Miles de familias dependientes de la producción de arroz abandonaron sus campos otrora prósperos, para pasar a ser un número más en la lista de población sumida en la miseria.
El 80% del arroz de Haití es importado por lo que es fácil analizar que las políticas antiproteccionistas en las que incurrieron las economías desarrolladas y basadas en el libre comercio en busca del enriquecimiento, se transforman en la principal causa de pobreza y miseria no sólo de economías como la de Haití.
La falta de proteccionismo fomenta la pobreza
Son numerosas las evidencias empíricas que demuestran que la falta de proteccionismo perjudica la calidad de vida de los más desfavorecidos, dependientes de la producción para sobrevivir.
Lo que se denomina libre comercio se ha transformado en realidad en un intercambio mercantil. Si analizamos la crisis de los alimentos que ha supuesto la restricción -principalmente en países productores y autosuficientes en materia alimenticia como Haití- se podrá comprobar cómo la población se sumía en la pobreza más absoluta por no tener alimentos y cómo la prohibición de tarifas arancelarias supuso la desprotección más absoluta de la economía haitiana.
De Gandhi a Chomsky
Haití es sólo un ejemplo, si analizados la historia nos encontraremos con momentos en los que los efectos nocivos y destructivos para las economías de un libre comercio impuesto, arrojaron análisis como el realizado por Gandhi –defensor del libre comercio- que se transformó en un detractor acérrimo del libre comercio impuesto.
Y lo mismo sucede con el libre comercio basado en los subsidios estatales de las economías desarrolladas, llegamos a la conclusión que no hablamos de libre comercio, sino de enriquecimiento de los ya más poderosos a costa de los más débiles. .. La historia se repite nuevamente y el concepto de supervivencia mantiene la cadena de “el más grande se come al más pequeño” mientras que los países desarrollados sumidos en la demagogia más absoluta, siguen campando libremente por el terreno de la especulación, el abuso y el enriquecimiento a costa de los más desfavorecidos.
La producción subvencionada y la eliminación de aranceles impuesta, no es libre comercio
El filosofo y activista Noam Chomsky, detractor acérrimo de las políticas exteriores de los países desarrollados, advierte contra los peligros de la manipulación de los conceptos.El libre comercio en su definición más estricta, nunca se ha puesto en práctica por parte de los países desarrollados.
En EE.UU. durante el siglo XIX tras la Segunda Guerra Mundial se vivía bajo el paraguas del proteccionismo con aranceles muy elevados que bloqueaban la entrada de productos de mayor calidad procedentes de Japón o el Rino Unido.
Gracias a estas medidas, en los años 50 la economía estadounidense era la más competitiva y acumulaba la mitad de la riqueza del planeta.
Desventajas del libre comercio
El enriquecimiento extremo y el máximo poder, fueron, son y serán siempre los objetivos de las economías desarrolladas, el establecimiento de medidas proteccionistas para frenar la libre circulación de producción entre países, el fomento de la producción gracias a subvenciones públicas y la unilateralidad de los tratados de libre comercio que impiden el establecimiento de aranceles protectores de las economías más pobres, únicamente suponen la destrucción de las sociedades más damnificadas.
El mercado intenta ganar poder a toda costa, eliminando la libre circulación de productos y con ella, de capitales.
La empresa privada es el centro neurálgico de las medidas adoptadas por los estados, los conceptos de capital, trabajo y materias primas, ya no determinan los factores económicos de mayor peso específico, hoy, la producción ser realiza donde resulte más económica, el neoliberalismo fomenta el enriquecimiento y los intereses económicos sobre los sociales
La ética social, el proteccionismo de los intereses sociales y el reparto de recursos, es por lo tanto una utopia contraria a la inherente condición humana, una bonita teoría pensada para vivir de forma armónica que choca frontalmente contra los intereses políticos, financieros, económicos y ambiciosos hasta la extenuación de los grandes capitales.