¿Qué hacer después de graduarse?
Al culminar una carrera universitaria, muchos jóvenes pueden sentirse cansados o desorientados; es recomendable hacer un alto, descansar y entender que apenas es el comienzo de un largo recorrido profesional
Al culminar una carrera universitaria, muchos jóvenes pueden sentirse cansados o desorientados; es recomendable hacer un alto, descansar y entender que apenas es el comienzo de un largo recorrido profesional
Pasar de ser un estudiante sin mayores preocupaciones, a insertarse en el mundo laboral, es una transición que puede resultar complicada, sobre todo para aquellas personas acostumbradas a depender del apoyo familiar, o que no han tenido la iniciativa de hacer algunas prácticas profesionales, ni han contactado empresas del sector con miras a obtener un empleo al graduarse.
Lo más recomendable al culminar los estudios universitarios, es tomarse un pequeño descanso. Durante los últimos meses previos a la graduación, se viven situaciones de mucho estrés, que ameritan dedicación exclusiva, por ejemplo, la defensa de la tesis, lo que priva al estudiante de la posibilidad de mantenerse informado acerca de lo que acontece más allá de los muros de la universidad, y también de interactuar con otras personas en diferentes ámbitos sociales.
Revisar las opciones de trabajo y estudio
Es necesario hacer un alto para decidir en mejores condiciones el rumbo que se tomará, dependiendo de las condiciones económicas.: si es la búsqueda de empleo, o la continuación de los estudios a otros niveles.
Este descanso se aprovecha para leer los periódicos, conectarse a la web y revisar toda la información posible relacionada con la profesión: salarios, perspectivas, ofertas de empleo, mejores empresas del sector, y otros aspectos que aporten una visión actualizada de entorno laboral.
Si se decide continuar los estudios con alguna especialización, o tomar cursos de idiomas, computación o cualquier otra herramienta que permita actualizarse, la búsqueda se orientará a las propuestas formativas, horarios y costos.
Una vez que se ha determinado el rumbo a seguir, y la opción es el trabajo, hay que aprovechar todas las oportunidades que se presenten, dando dos pasos claves:
1. Elaborar un currículo académico impecable
Por falta de experiencia laboral, los recién graduados describen el proceso formativo cronológicamente, enumerando los cursos y talleres especiales, logros y reconocimientos que se hayan obtenido durante los estudios.
2. Darse a conocer
A través de las redes sociales especializadas en empleo, poniéndose en contacto con antiguos profesores y compañeros, inscribiéndose en ferias, o en programas patrocinados por las universidades para recién graduados.
Lo que no se debe hacer
Dejar la búsqueda de empleo en manos de los padres
Una cosa es contar con la referencia de algunos amigos de la familia a quien dirigirse, y otra es esperar que los padres hablen con sus contactos o muevan sus influencias. Nada es más perjudicial para un profesional que se estrena, que presentarse como el “hijo de”. Hay que asumir que se está ya en una etapa de la vida que requiere madurez, independencia y responsabilidad personal.
Colocar en el currículo información inapropiada
Si se copian enlaces de referencia, hay que cuidar que no sean perfiles personales, con fotos y mensajes poco serios. Hoy en día los empleadores chequean la información, por lo que mantener una buena imagen online es imprescindible.
Vestirse informalmente
Una vez graduados, muchos jóvenes tienden a mantener la apariencia estudiantil, con cabellos largos o desarreglados, y ropa informal. A la hora de salir a buscar un empleo, la persona debe vestirse de acuerdo al nivel de profesionalismo que desea trasmitir, usando prendas elegantes y discretas pero a la moda, que la hagan sentir cómoda y desenvuelta.
Mentir sobre los conocimientos y capacidades
Los empleadores saben que los recién graduados no tienen experiencia laboral, y en ocasiones, esto representa una ventaja, pues algunos prefieren partir de cero, y formar ellos mismos a sus empleados. No es necesario mentir o sobreestimar las propias capacidades para causar una mejor impresión, porque el resultado puede ser todo lo contrario de lo esperado.