Los desastres naturales además de dejar muerte y destrucción a su paso, dejan grandes daños económicos para las economías de los territorios afectados. 2005 y 2011 han sido los años más caros en los que a desastres naturales se refiere.
En 1985, México vivió un devastador terremoto. 32 años después la historia vuelve a repetirse, primero con un terremoto en magnitud 8 en la escala de Richter y el segundo de magnitud 7,1, dejando cientos de heridos y un país totalmente desolado.
Estados Unidos comienza a hablar de medidas para mejorar la administración de los océanos, pero no crea una regulación seria y se conforma con crear un consejo.
Las catástrofes medioambientales han existido desde el comienzo de los tiempos, lo que avanza trágicamente es la intervención humana que en muchas ocasiones predispone a que estos acontecimientos ocurran.