2010: ¿año de las sacudidas coincidentes o alertas inminentes?
"El 2010 será el año tristemente recordado por la cantidad de muertes ocasionadas por los terremotos"
"El 2010 será el año tristemente recordado por la cantidad de muertes ocasionadas por los terremotos"
El primer trimestre de este año nos ha sorprendido a todos con las noticias de varios terremotos por todo el planeta, y afectando tanto a países de un alto nivel de desarrollo como a los tercermundistas. Sin embargo ya muchos apocalípticos se preguntan si esta ola de movimientos telúricos es una simple coincidencia o una advertencia de la madre tierra de la tanta depredación de la que ha sido objeto desde que el hombre comenzó a usar sus recursos más allá de satisfacer sus necesidades.
Ya varios de los sismólogos más prestigiosos del mundo han aclarado que esta “inusual” frecuencia de terremotos no es tan extraña como parece. Aunque eso sí, aclaran que un fuerte sismo si aumenta los riesgos a que estos se repitan en sus áreas aledañas. Por otro lado, culpan a los malos diseños de las infraestructuras que se ubican en estas zonas que no tienen en cuenta estos factores, de ahí se derivan las grandes pérdidas de vidas humanas y recursos materiales. Además, la lejanía entre los puntos donde han ocurrido estos eventos, sobre todo los que más difusión han tenido, por las grandes pérdidas humanas y materiales (Haití, Chile y Turquía) descarta cualquier aseveración que quiera conectar estos sucesos.
Los terremotos, por irónico que parezca, es un proceso tan normal en la tierra como lo puede ser el ciclo del agua, del carbono, etc.; estos ocurren por la liberación de la energía que desprenden las placas tectónicas del planeta al moverse, aunque existen otros factores, los causados por esta vía son los más temibles por su magnitud; y una simple mirada a una imagen del Cinturón de Fuego denota que la mayoría de los países son vulnerables a estos fenómenos.
Pero, ¿qué tienen de particular los terremotos ocurridos en este inicio de año?, ¿porqué ese miedo inusitado que ha generado en algunos?, ¿realmente hay de qué preocuparse?.
Vayamos por parte, para ello usaremos parte de la base de datos pública del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que se encuentra disponible en internet y hagamos una somera comparación entre los años 2008, 2009 y lo que va de este 2010.
Los terremotos ocurridos en Chile y Turquía son “normales” por estar ubicados en sitios de una alta prevalencia de estos sucesos, sin embargo el de Haití fue el despertar de una placa inactiva por más de 200 años.
En este 2010 ya se han registrado (hasta el 16 de marzo) 21 movimientos, superior a los 14 en cada uno de los años precedentes, a este paso se superará el total anual de los 58 (2008) y 72 (2009).
Además, hasta esta fecha hay 15 terremotos superior a los 6.0 grados en la escala de Richter (9 en el 2009 y 12 en el 2008), la mayoría de ellos asociados a las replicas que ocurrieron en Chile.
Por otro lado, lo sorprendente de este año es que la mayoría de estos sucesos han ocurrido en tierra continental y no en áreas marinas, ya que de los 15 terremotos, 10 han sido en la parte continental, mientras que en todo el 2008 fueron 18 y en el 2009 17; pero si solo tenemos en cuenta el corte del 16 de marzo, fue solo 1 en el 2009 y 5 en el 2008.
La magnitud del terremoto de Chile 8,8 es muy superior al registrado en Sichuan de 7,9 en el 12 de mayo del 2008, (antes de las olimpiadas de Beijing y que hasta cierto punto, enlutó este evento) ese registro fue el mayor de ese año; y el ocurrido el 6 de abril de 6,3 en la región de Abruzzos (Italia) el pasado año, sin embargo pese a que ese fue el más desastroso en cuanto a vidas humanas y materiales, el mayor registro de ese año según esta misma fuente (USGS) fue en islas Samoa el 30 de septiembre, con una magnitud de 8,1.
Lo cierto de estos terribles fenómenos es que tenemos que seguir conviviendo con ellos, de ahí que la planificación de las ciudades y de las edificaciones que la conforman, deban realizarse cumpliendo todas las normativas, para evitar que estos sucesos no sean tan lastimosos en pérdidas humanas; y que no sean tan tristemente celebres por estas estadísticas.