Perspectivas económicas de Venezuela para 2018 tras nuevo default
La nación suramericana logra su segundo default parcial en lo que va del 2017, siendo calificada de esta manera por la agencia estadounidense Standard & Poors debido a la imposibilidad de cancelar uno de sus bonos por un monto mayor a 1.100 millones de dólares.
La nación suramericana logra su segundo default parcial en lo que va del 2017, siendo calificada de esta manera por la agencia estadounidense Standard & Poors debido a la imposibilidad de cancelar uno de sus bonos por un monto mayor a 1.100 millones de dólares.
Venezuela no presenta un panorama alentador para cerrar el último trimestre del 2017, pues tiene una deuda acumulada de más de 10.000 millones de dólares que deberán ser cancelados para el cierre del 2018. El presidente Nicolás Maduro sostiene que la nación se encuentra blindada y que las dificultades presentadas hasta el momento vienen como consecuencia de las sanciones impuestas por Estados Unidos, las cuales tienen retenidos un aproximado de 3.000 millones de dólares producto de transacciones internacionales; cifra que luego fue confirmada por el canciller venezolano, Jorge Arreaza.
Hasta el momento los salvavidas económicos han sido Rusia y China, quienes han estado dispuestos a participar en el refinanciamiento de la deuda externa a cambio de abultados acuerdos que comprometen las riquezas venezolanas. Sin embargo, no ha sido suficiente para que el país caribeño cumpla con todos sus compromisos, sobre todo la responsabilidad de garantizarle a sus habitantes el acceso a bienes y servicios de primera necesidad, como alimentos y medicinas.
La crisis humanitaria solo es una cara de la moneda, pues Venezuela también navega por las aguas de la peor devaluación de su historia, en la cual el Bolívar ha perdido hasta el 90% de su valor desde el comienzo de la crisis.
Se estima que para el 2018 la inflación alcance los 2.349%, por lo que algunos acreedores de bonos y empresas calificadoras han asegurado el inminente Default, pues Venezuela no podrá cumplir con los pagos parciales, intereses, ni mucho menos la cancelación de la deuda externa.
El gobierno venezolano se muestra optimista frente a la opinión pública y asegura que en un mediano plazo podrá solventar la crisis, realizar los pagos programados a principios del 2018 y abastecer a la nación. No obstante, los análisis internacionales anuncian todo lo contrario ya que se espera un endeudamiento mayor y ampliación de la base monetaria circulante para financiar la campaña presidencial que se llevará a cabo a finales del 2018.
Consecuencias del default financiero
Luego de obtener esta calificación, para Venezuela será complicado conseguir nuevos acreedores con fondos frescos que inyecten efectivo al país; también corre el riesgo de que algunos tenedores de bonos exijan el embargo de propiedades internacionales para subsanar la deuda.
Un default parcial solo es la punta del iceberg, pues el gobierno venezolano tendrá que decidir entre solventar su situación de pago o cumplir con otros compromisos de igual importancia para solucionar la inestable situación social que atraviesa el país. Algunos de los compromisos adquiridos corresponden a las enormes deudas que mantienen con empresas farmacéuticas mundiales, aerolíneas y agroindustriales, ascendente a 4,1 mil millones de dólares.
En tal sentido, el nombre del FMI resuena como la única opción que posee Venezuela a corto plazo para suavizar la crisis, opción que ha sido desestimada por el gobierno local públicamente en muchas oportunidades, por lo que el panorama se torna más incierto mientras que el reloj sigue avanzando.
Qué le espera a Venezuela en 2018
Deudas y elecciones son las palabras claves para este 2018. El país bolivariano, con reservas internacionales estimadas en 9.700 millones de dólares, tendrá la obligación de cancelar más de 8.000 millones a sus acreedores privados y al mismo tiempo financiar nuevas elecciones presidenciales, las cuales el gobierno de Maduro se ve obligado a ganar a fin de continuar con el modelo político y evadir de esta forma la justicia internacional que persigue a una gran parte de su gabinete.
Venezuela encabeza la lista como el país con la inflación más alta del mundo, proyectada hasta el momento en 1.113%, de acuerdo con información proporcionada por el Fondo Monetario Internacional. Para el 2018 se estima que esta cifra se duplique y que la vida en Venezuela sea prácticamente insostenible. El Banco Central de Venezuela ha quintuplicado la liquidez monetaria emitiendo Bolívares sin respaldo para cubrir su deuda social, lo que ha disparado el valor del dólar paralelo alcanzando incrementos de hasta 28% por semana.