Reglas de oro de las finanzas personales

Hay muchas razones para fallar en el manejo del dinero y los recursos económicos, lo sano es darse cuenta a tiempo, y buscar alternativas para mejorar nuestra economía hasta alcanzar un alto nivel de estabilidad y crecimiento

Reglas de oro de las finanzas personales

Uno de los aspectos positivos de la reciente crisis financiera, es el redescubrimiento que muchas personas han hecho del ahorro y sus múltiples beneficios. Sin importar si se atraviesa por una situación de limitaciones económicas, o se goza de un período próspero y de expansión, la solvencia económica y el ahorro, deben estar siempre presentes como punto de partida de cualquier plan o presupuesto.

Pero no siempre funciona así. Por diversas circunstancias, es común perder el norte y cometer errores en la forma como se maneja el dinero, por lo que al comenzar un nuevo año es de gran ayuda trazarse un plan de recuperación que ponga en orden las finanzas personales, atendiendo a algunas reglas básicas, que con disciplina y sentido común, conducirán al éxito de este propósito.

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Determine cuál es su verdadera situación financiera

Para ello, puede hacer una relación sencilla que refleje los siguientes aspectos:

  • Ingresos (sueldos, ganancias por inversiones, negocios)
  • Gastos (alimentación, vivienda, servicios, incluya absolutamente todos los egresos)
  • Resultado: Establezca un período, por ejemplo, los últimos seis meses, sume los ingresos y reste los gastos

Luego elabore un balance personal señalando los activos (inversiones, cuentas bancarias, propiedades), los pasivos (hipotecas, préstamos, tarjetas de crédito), y el patrimonio (activos menos pasivos). Revise la información obtenida con objetividad para saber dónde debe hacer recortes y ajustes. Lo ideal es que las cifras resultantes sean positivas, de lo contrario, está perdiendo dinero y arriesgando la estabilidad.

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Elabore un presupuesto

Este debe ser lo más realista posible para que pueda ceñirse a él y cumplirlo. No tiene que ser nada complicado, puede guiarse por los consejos y hojas de cálculo que ofrecen algunos sitios especializados en la web. Con los ingresos y los gastos a la vista, es fácil establecer límites en el manejo del dinero.

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Fije sus metas

Ahora sí, tiene todo lo que necesita para trazar el camino a seguir sabiendo que debe aumentar los ingresos e inversiones, pagar las deudas y disminuir los gastos. Lo importante en este punto es establecer objetivos medibles, cuantificables y con límites de tiempo. Por ejemplo, ponerse metas por trimestre: aumentar ingresos en un 20%, recortar gastos en un 30%, saldar totalmente una cuenta.

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Trace un plan de acción

Aquí anotará las ideas que se le ocurran para alcanzar los objetivos. Por ejemplo, comenzar a buscar un nuevo empleo, o cualquier otra fuente de ingresos como asesorías, docencia, alguna pequeña inversión que genere ganancias inmediatas.

También anotará las medidas para ahorrar, con acciones que formen parte de la rutina, y que puedan llevarse a cabo de manera más económica: comenzar a llevar la comida a la oficina en lugar de comer fuera, limitar las salidas de diversión cambiándolas por distracciones en el hogar, trotar o caminar en el parque en vez de ir al gimnasio o suscribirse a un plan de ahorro de gasolina.

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Comprométase con responsabilidad

Cuando se establece una meta, la persona se está planteando un reto que debe vencer a toda costa. Ayuda si se comparte con alguien de confianza, con quien se puede revisar el progreso o las fallas periódicamente. Bien sea que se trate de la pareja, un amigo, socio o compañero de trabajo, la idea es que esa persona pueda hacer aportes y llamados de atención que ayuden a mantener el rumbo establecido.

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Comience pagando las deudas

Para sanar la economía es prioritario que comience pagando las deudas pendientes, aun cuando sea con pequeñas amortizaciones, mientras logra aumentar los ingresos. Parece obvio, sin embargo es sorprendente el número de personas que mantienen altas deudas y pretenden hacer rendir los ahorros, cuyas tasas son ínfimas en comparación con los intereses que pagan, por ejemplo, las tarjetas de crédito.

En resumen, no se puede invertir ni ahorrar sin pagar primero las deudas. Revise sus finanzas, establezca las prioridades, trace un plan y sígalo con disciplina, y en poco tiempo, comenzará a ver los resultados.