Augusto Durand y el Partido Liberal Peruano de 1901
La historia de Augusto Durand Maldonado, un político que se sintió atraído por los principios liberales.
La historia de Augusto Durand Maldonado, un político que se sintió atraído por los principios liberales.
Aunque el liberalismo no fue una doctrina que haya tenido raíces profundas en el Perú, sí hubieron políticos que sintieron atracción por sus principios e intentaron implantar partidos políticos que siguieran esa ruta. Uno de ellos fue Augusto Durand Maldonado; montonero, empresario agrícola y diputado huanuqueño, quien en 1901 fundó el Partido Liberal.
Durand Maldonado comenzó su vida en la política militando en el Partido Demócrata, llamado también pierolista. Pese a haber sido uno de los caudillos de la revolución de 1894-1895, que encumbró al poder a Nicolás de Piérola, se distanció pronto del pierolismo y decidió formar su propia asociación política.
El estatuto del partido fue redactado por una comisión integrada por Federico Villareal, Aníbal Maúrtua, Manuel Sayán Palacios, Pablo Reinoso y Germán Arenas. Fue aprobado el 20 de setiembre de 1901.
A diferencia del liberalismo de los inicios de la República peruana (representado por Luna Pizarro, González Vigil y Gálvez), el Partido Liberal no hizo una propaganda intensamente laica, ni hizo énfasis en la lucha contra del militarismo, el centralismo y las prerrogativas del Poder Ejecutivo.
Programa político
- La declaración de la inconstitucionalidad de las leyes debía ser potestad de la Corte Suprema.
- La revisión de todos los actos del Poder Ejecutivo por parte del Congreso.
- El sometimiento de los funcionarios públicos a fiscalización al final de sus funciones.
- La defensa de los indios y el reparto de las tierras comunales a perpetuidad.
- El fomento a la industrialización.
- La separación de la Iglesia y el Estado.
- El amparo a la libertad de imprenta y la responsabilidad del autor y no del editor en casos de denuncias de difamación.
Historia y trayectoria
El Partido Liberal no llegó a tener mucha fuerza ni un programa definido, sin embargo, en sus más de veinte años de historia, participó en varias de las contiendas electorales de la república aristocrática en alianza con otros partidos.
Prueba de ello es que, pese a haber surgido como un grupo disidente del Partido Demócrata, no tuvo reparos en aliarse con este partido con miras a las elecciones de 1903. La Unión Cívica participó también de dicha alianza teniendo como candidato a Nicolás de Piérola, quien finalmente se abstuvo de participar en la contienda aduciendo falta de garantías.
Con el Partido Demócrata fuera de carrera, el Partido Liberal, aliado con la Unión Nacional de Manuel Gonzáles Prada y el Partido Federal, se mantuvo en competencia, lanzando la candidatura de Fernando Seminario Echeandía, quien también acabó por retirarse de la lid electoral. Sin rival alguno, el ganador de dichos comicios fue le candidato oficialista Manuel Candamo del Partido Civil.
Para las elecciones de 1904, el Partido Liberal se alió nuevamente con el Partido Demócrata. Ambos acordaron la candidatura a la presidencia de Nicolás de Piérola, y la de Augusto Durand a la vicepresidencia, y compitieron nuevamente contra la coalición civil-constitucional, que esta vez tenía como candidato al civilista José Pardo y Barreda. Como en la contienda anterior, poco antes de realizarse las elecciones, Piérola volvió a retirar su candidatura, facilitando el triunfo de Pardo.
En los últimos días del primer gobierno de José Pardo, Durand organizó una revolución para impedir el ascenso al poder de Augusto B. Leguía, candidato del civilismo. Descubierto, sufrió persecución y tuvo que huir al extranjero.
En 1912, el Partido Liberal apoyó a Guillermo Billinghurst en su elección desde el Congreso, pero, tras enemistarse con Billinghurst, Durand, en entendimiento con otros partidos y las fuerzas armadas, propició el golpe de Estado del 4 de febrero de 1914, que llevó al poder al coronel Óscar R. Benavides.
Por aquellos años, Durand se perfilaba como candidato presidencial con muchas probabilidades de éxito, pero el gobierno militar lo acusó de conspirador y lo desterró hacia Argentina. Desde aquel país, Durand siguió dirigiendo a su partido, y se plegó a la iniciativa para realizar una convención de partidos en 1915, con miras a una candidatura de unificación para las elecciones de dicho año.
Dio instrucciones a los dirigentes de su partido para que apoyaran la candidatura del civilista José Pardo y Barreda, que finalmente triunfó y subió al poder por segunda vez.
El fallecimiento de Durand en 1923, luego de que intentara una revolución contra el segundo gobierno de Augusto B. Leguía, marcó el inicio del fin del Partido Liberal. Al carecer de dirigentes que tuvieran el arrastre popular de su caudillo, el partido acabó por disolverse.