Se reactivan las remesas enviadas hacia América Latina
El envío de dinero afecta positivamente a las personas que reciben los fondos, pero también a la economía de los países receptores
El envío de dinero afecta positivamente a las personas que reciben los fondos, pero también a la economía de los países receptores
El sistema de envío de dinero o remesas, es uno de los indicadores económicos más usados por los analistas, pues refleja claramente la situación financiera de cientos de inmigrantes. A principios de este año, este sector envió más dinero a los países latinoamericanos, que las cifras mostradas en el mismo período del 2010. Esto indica en primer lugar, que sí hay una recuperación económica, y en segundo lugar, que como consecuencia, han mejorado las perspectivas laborales de los trabajadores extranjeros.
Países como Guatemala, México, Honduras y El Salvador, recibieron entre el 6% y el 16% más dinero que en el mismo mes el año pasado, según lo reporta el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD por sus siglas en inglés). La excepción fue Brasil, que mostró una caída del 3%.
Entre tanto, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), confirmó que la tendencia a la baja que se había mantenido en el servicio de remesas, parece estar finalizando. Durante los años 2008 y 2009, los flujos habían estado descendiendo un promedio del 15%.
En total, los envíos de dinero a Latinoamérica y el Caribe, alcanzaron los 58.900 millones de dólares el año pasado, un aumento del 0,2% en relación con el monto del año anterior.
Para los ejecutivos del BID, esto es muy significativo y alentador, luego de una brusca caída en el 2008 y 2l 2009, cuando Estados Unidos, Japón y España, con altos índices de trabajadores no calificados, entraron en recesión.
Estos fondos producto de remesas, son la principal fuente de ingresos de muchas familias de emigrantes, y en algunos casos superan a la inversión extranjera directa, proveen divisas extranjeras para las compras del gobierno, y estimulan el crecimiento económico de los países receptores.
Inflación y dólares depreciados
Sin embargo, en algunos países cuya moneda se ha fortalecido con respecto al dólar, las remesas han perdido su poder adquisitivo. En América Latina, la mayoría de las monedas locales avanzaron en promedio 4,4% en relación con el dólar, según reporta el mismo estudio del BID. De manera particular la apreciación del real brasileño y el peso colombiano, tiene gran impacto en los receptores de remesas. El real brasileño se ha apreciado casi el 50% frente al dólar desde el 2008.
Estos factores sumados a la inflación, merman aun más el poder de compra de quienes reciben dinero del exterior. Para los emigrantes que envían los fondos, estas circunstancias ejercen mucha presión.
Silca Teixeira, quien labora como empleada doméstica en Newark, Nueva Jersey, dice que ahora tiene que enviar más dólares a su madre, para cubrir los mismos gastos, y refiere que a principios del 2010, enviaba 1.000 dólares para pagar las mensualidades de una hipoteca por un apartamento de dos habitaciones en Brasil. El último pago, hecho en agosto, se ubicaba en 1.300 dólares debido a la apreciación de la moneda local, el real. Esta caída en las remesas brasileñas hace que los emigrantes comiencen a considerar el regreso a su país, para aprovechar el auge de la economía y las nuevas condiciones laborales.
Las remesas seguirán aumentando
En menor medida, la misma situación se presenta para los mexicanos que reciben remesas. Durante el mes de enero de este año, los envíos a México subieron 5,8% comparados con el mismo mes en el 2010. El valor promedio de cada envío subió casi 1% hasta alcanzar los 300 dólares comparados con el año anterior. Al hacer el cambio de divisas, y aplicarse la inflación, el valor real de los envíos declinó 3,2%.
El caso de Centroamérica es diferente. Estos países cuyas monedas están prácticamente atadas al dólar, no sienten el efecto tan marcado de la diferencia en el tipo de cambio. Guatemala, Honduras y El Salvador, mostraron también una recuperación más acentuada en los envíos de dinero. De manera que los trabajadores extranjeros en Estados Unidos vuelven a tener empleo, incluso más rápidamente que el resto de la población, lo que augura que las remesas seguirán aumentando paralelas al crecimiento.