Relación entre los empleados y el concepto de recursos en una empresa
Pensar que los empleados son recursos y son susceptibles a las mismas normativas es un error, pues éstos son la organización en sí, quien le da carácter y personalidad a una empresa.
Pensar que los empleados son recursos y son susceptibles a las mismas normativas es un error, pues éstos son la organización en sí, quien le da carácter y personalidad a una empresa.
Comúnmente se entiende que los empleados de una empresa son parte de los “recursos” de los cuales dispone ésta para alcanzar sus objetivos, de ahí que se necesiten trabajadores con experiencia, conocimientos acabados sobre tareas específicas y, de ser posible, una inteligencia emocional suficiente como para desenvolverse en diversos ámbitos del trabajo, pero ¿Son los trabajadores susceptibles de ser considerados recursos?
La diferencia puede ser considerada odiosa por algunos, pero lo cierto es que el término “recursos” quiere decir “Procedimiento o medio del que se dispone para satisfacer una necesidad, llevar a cabo una tarea o conseguir algo”. En términos generales los trabajadores de una compañía sirven para los fines señalados en la definición, pero ¿Poseen el resto de características de los recursos?
Cuando en una empresa hablamos de recursos, no sólo se hace mención de las herramientas con las que pueden obtenerse los objetivos, conseguir ganancias y asegurar el crecimiento, sino también asumimos que éstos son susceptibles de contabilización, controlables y sirven de forma racional, objetiva e impersonal… en resumidas cuentas hablamos de “cosas” y no de “personas”. Los conceptos de costo y rentabilidad son obligatorios cuando se habla de recursos, pero ¿También lo son cuando se habla de personas? Un recurso en definitiva, sólo sirve para una cosa “alcanzar los objetivos propuestos”, ¿Debemos entender entonces que las personas (empleados) obedecen al mismo propósito? ¿Son los problemas, dudas y falencias de éstos un costo que se debe asumir y cuantificar a la hora de medir la rentabilidad?
Las dudas en este tema están latentes en el mundo empresarial, y por ello una acotación interesante es ¿Qué rol juega el talento en todo esto? ¿Vuelve más aceptable el riesgo que se corre con algún trabajador? Ciertamente los trabajadores “no son” un instrumento que sirve a una organización, sino que muy por el contrario, son quienes forman a la organización en sí. Una organización por sí sola no es nada más que un esquema de funcionamiento inútil y sin sentido, son las personas las que le dan una personalidad y real sentido.
Es claro que la visión de hoy, por parte de los empresarios hacia sus trabajadores, en la mayoría de las ocasiones resulta mediocre, pobre y sin sentido. Una compañía que no crea en el capital humano, es una empresa que difícilmente podrá llevar a cabo todos sus proyectos con profundidad, pues la identidad que aporta este grupo humano tan especial que surge de la “organización institucional”, donde se comparten visiones y experiencias, es el que “crea un concepto creíble” para el público… de otra manera estamos frente a un producto más.
La rotación de personal bajo muchos aspectos es buena y necesaria, pero la extensión del concepto podría llegar, peligrosamente, al de un empleado “tipo”, uno que no aporte espíritu, deseos y talento en lo que hace. Las empresas necesitan mentes creativas, trabajadores con talento y una implicación real en lo que se hace ¿Es posible conseguirlo mediante la cuantificación matemática de un empleado?