El socialismo democrático de Bernie Sanders

El precandidato demócrata Bernie Sanders ha sacudido el ambiente electoral estadounidense con propuestas similares a la de la izquierda latinoamericana.

El socialismo de Bernie Sanders

Aunque aún falta mucho para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el Partido Demócrata tiene a Bernie Sanders, que se define como socialista, como uno de los grandes favoritos para ganar la nominación, algo que durante décadas parecía inimaginable en Estados Unidos. Sanders, un senador izquierdista de 78 años de edad, emergió como favorito para obtener la nominación demócrata tras ganar las primarias partidarias de New Hampshire el último martes 11 de febrero.

Si bien la carrera para definir quién disputará las elecciones de noviembre contra el presidente Donald Trump recién acaba de empezar y no hay nada cierto, el triunfo de Bernie Sanders en New Hampshire y su segundo lugar en el caucus de Iowa la semana pasada muestran la fuerza de la izquierda demócrata frente al sector más centrista del partido.

En un país donde el término “socialista” era prácticamente tabú en política, Trump ha buscado sacar rédito del escenario interno demócrata, tomando como caballo de batalla la crisis de Venezuela, aduciendo que “el socialismo destruye naciones”, palabras que utilizó en su discurso del Estado de la Unión en el Congreso la semana pasada, tras anunciar la presencia en ese acto del líder opositor venezolano Juan Guaidó, a quien reconoce como presidente legítimo de su país en lugar del mandatario socialista Nicolás Maduro.

Ahora, ¿qué diferencias y similitudes existen entre el “socialismo democrático” que propone Sanders en Estados Unidos con la izquierda en América Latina?

Marcando distancia

Tanto Sanders como la senadora Elizabeth Warren, otra figura progresista del partido que aparece relegada en su carrera por la candidatura, han recogido el apoyo de jóvenes estadounidenses que ven el socialismo de forma más positiva que generaciones anteriores. Pero Sanders, que ya había atraído el voto joven en las internas demócratas en 2016, aunque la nominación fue entonces para la ex secretaria de Estado Hilary Clinton, ha marcado distancia del gobierno de Maduro en un debate demócrata en setiembre pasado.

"En términos de socialismo democrático, equiparar lo que sucede en Venezuela con lo que yo creo es extremadamente injusto. Cualquiera que haga lo que hace Maduro es un tirano despiadado".

Esto en respuesta a los cuestionamientos que le hizo Jorge Ramos, periodista de la cadena Univisión que moderó el debate, sobre por qué evitaba calificar a Maduro de “dictador” pese a admitir que en Venezuela no hay elecciones libres. En ese sentido, cabe destacar que, a diferencia de otros precandidatos demócratas como Warren, en el pasado Sanders evitó considerar a Guaidó como presidente legítimo de Venezuela y planteó reparos a las sanciones económicas de Estados Unidos a ese país.

Por si fuera poco, Sanders también consideró como un “golpe” la caída del presidente boliviano Evo Morales en noviembre, cuando los militares de ese país le recomendaron que renunciara después de que una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) encontrara irregularidades en las elecciones en las que postuló a un cuarto mandato.

"Morales hizo un muy buen trabajo aliviando la pobreza y dando al pueblo indígena de Bolivia una voz que nunca antes había tenido".

Estas declaraciones las hizo Sanders en Univisión en noviembre pasado.

"Podemos discutir sobre su búsqueda de un cuarto mandato, si eso fue algo inteligente... Pero, a fin de cuentas, fueron los militares quienes intervinieron en ese proceso y le pidieron que se fuera".

Con respecto a la postura de Sanders, Javier Corrales, profesor de Ciencia Política en el Amherst College de Estados Unidos, tiene una opinión clara:

“(No creo que) considere que a la oposición hay que tratarla mal, arrestarla y cambiar las reglas de juego para autofavorecerse".

Esto en relación al accionar de algunos líderes de izquierda en Latinoamérica.

"Él no ha dado señales de ser una persona que sea irrespetuosa del juego democrático".

Las propuestas de Sanders

A nivel programático, Bernie Sanders tiene propuestas que para algunos países de América Latina pueden parecer normales, pero para Estados Unidos son novedosas, pues se trata de planteamientos claramente de izquierda frente a las posturas de rivales demócratas más moderados como el ex alcalde Pete Buttigieg y la senadora Amy Klobuchar, que terminaron segundo y tercera en New Hampshire, respectivamente.

El objetivo de Sanders es reducir la gran desigualdad de Estados Unidos mediante una redistribución de la riqueza, con importantes nuevos impuestos a las corporaciones y a los más ricos para financiar una presencia más fuerte del Estado en áreas como la salud o la educación.

Por ejemplo, plantea crear un programa de salud manejado por el gobierno y denominado “Medicare para todos”, inspirados en políticas de Canadá y países escandinavos, que ofrecería cobertura integral y gratuita de atención médica en lugar del actual sistema de seguros privados de salud en Estados Unidos.

Otra de las propuestas es cancelar un importante porcentaje en deudas de préstamos estudiantiles que cargan 45.000.000 de estadounidenses y dar acceso a educación gratuita en universidades públicas, así como una garantía federal de empleo que asegure un trabajo estable para los ciudadanos, un salario mínimo de 15 dólares la hora y duplicar la afiliación sindical en un periodo de gobierno.

Sin embargo, Sanders no respalda medidas como las nacionalizaciones de la industria energética, que sí fueron adoptadas por los gobiernos socialistas de Bolivia y Venezuela, después de que defendiera esa opción en los años 70, según informaciones de la época. Por otro lado, gobiernos de izquierda latinoamericana más moderada como los que hubo en Brasil o Uruguay recientemente, expandieron el papel del gobierno para regular el mercado y promover políticas sociales, tal como propone Sanders.