Origen de la rivalidad entre Irán y Estados Unidos
El insólito apoyo de la administración estadounidense a un régimen antidemocrático iraní marcó el inicio de la rivalidad entre Irán y Estados Unidos que se mantiene hasta la actualidad.
El insólito apoyo de la administración estadounidense a un régimen antidemocrático iraní marcó el inicio de la rivalidad entre Irán y Estados Unidos que se mantiene hasta la actualidad.
Cuando se analiza la realidad entre Irán y Estados Unidos, resulta difícil de creer que existió un tiempo en que ambas naciones se prodigaban públicamente gestos de amistad y afecto.
Así lo afirmaba el entonces presidente norteamericano Jimmy Carter, allá por 1977, refiriéndose al sha Mohamed Reza Pahlevi:
"Nuestras conversaciones han sido inestimables, nuestra amistad es insustituible (...) Y no hay ningún otro líder por el que sienta una mayor gratitud y amistad personal".
¿Qué sucedió, entonces? ¿Por qué desde el discurso de Carter, quien calificaba a Irán como “una isla de estabilidad en una de las zonas más conflictivas del mundo” se pasó al discurso de Trump que considera al régimen iraní como una amenaza para la seguridad mundial?
Golpe de estado de 1953
Para el profesor de Pensamiento Global y Filosofías Comparadas de la Universidad SOAS, Arshin Adib-Moghaddam, el golpe de estado de 1953, que sacó del poder al primer ministro iraní elegido democráticamente, Mohamed Mossadeq, marca el inicio de las hostilidades entre iraníes y estadounidenses.
En aquel año, la operación Ajax, nombre con que se bautizó a la intervención extranjera que propició el golpe de Estado de 1953 en Irán, fue planeada por la CIA y apoyada por los británicos, tal y como ha sido descubierto en documentos oficiales y reconocido por autoridades británicas y estadounidenses.
El apoyo de Estados Unidos a un gobierno considerado por los iraníes como autoritario, alimentó los sentimientos antiamericanos de quienes posteriormente protagonizaron la Revolución Islámica de 1979.
El golpe de 1953 llevó de nuevo al poder a la monarquía de Irán en la figura del sha Mohamed Reza Pahlevi. Gracias al trabajo de los historiadores, hoy se conoce que la monarquía iraní contaba con un brutal servicio secreto que echaba mano de la tortura contra opositores y conspiradores.
El auspicio de Estados Unidos a este atentado contra el orden democrático, hizo que este país fuera visto por los iraníes como cómplice de la supresión de libertades. La semilla del sentimiento antiamericano había sido echada sobre una tierra fertilizada por los propios estadounidenses.
Hasta antes de aquellos sucesos, Estados Unidos no era visto con malos ojos por Irán, por el contrario, como afirma el profesor Siavush Randjbar-Daemi de la Universidad St. Andrews de Reino Unido, era considerada una nación amiga y no imperialista.
Eran los británicos y los soviéticos quienes mostraban mayor interés en los asuntos de la región. Los campos de petróleo que Irán poseían desde 1908 estaban en la mira de los británicos, los que explotaban los recursos naturales de Irán y a cambio le devolvían una pequeña cantidad de los carburantes obtenidos.
El primer ministro, Mohamed Mossadeq, oyó las quejas del pueblo iraní y nacionalizó la industria petrolera del país, acabando con un negocio del cual los británicos se habían beneficiado durante décadas.
Es así que comienza toda una campaña de intimidación por parte del Reino Unido que movilizó barcos de guerra en el Golfo Pérsico, amenazó con invadir el país y dictó sanciones a la venta del petróleo iraní.
Imbuido en esa campaña, urdió un plan secreto para derrocar al nuevo primer ministro. Esta conspiración fue descubierta por la inteligencia iraní y Mossadeq ordenó cerrar la embajada británica en Teherán, expulsando de Irán al personal diplomático del Reino Unido.
Al ya no contar con personal dentro de Irán, los británicos deciden solicitar la ayuda de los Estados Unidos, su aliado durante la Segunda Guerra Mundial, que por aquel entonces estaba bajo la administración del presidente Dwight Eisenhower.
La recién estrenada agencia de inteligencia de Estados Unidos, la CIA, sería la encargada de planificar el golpe.
Al día de hoy, se sabe que el control del petróleo iraní fue uno de los motivos detrás del derrocamiento del primer ministro iraní, aunque no fue el único. Hay historiadores que sostienen que el golpe de Estado fue una de las tantas acciones que se tomaron como parte de la Guerra Fría, pues quería evitarse a cualquier precio que Irán se convirtiera en aliado de los comunistas.
Tal como lo certifican documentos desclasificados en los últimos años, se creyó que Mossadeq se confabularía con la Unión Soviética debido al apoyo que recibía el primer ministro de parte del partido comunista iraní Tudeh.
El profesor Randjbar-Daemi cree que Estados Unidos temía la expansión del comunismo y fue este temor el que utilizaron los británicos para que los americanos se unieran a su cruzada.
Por las razones que fueran, los planes de los británicos y sus aliados estadounidenses prosperaron: el golpe de Estado resultó exitoso y el primer ministro iraní fue encarcelado.
Estas acciones devolvieron el poder a una monarquía favorable a Occidente representada por el sha Mohamed Reza Pahlevi y contaminó para siempre las relaciones entre Estados Unidos e Irán. Marcó también el inicio de un nacionalismo iraní que culminó en la Revolución Islámica de 1979.