En Cuba no hay racismo

En Cuba no hay racismo
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A través de un documento en el que se hace un repaso por la Historia del país desde los inicios de la lucha por la independencia, el gobierno ha declarado lo que considera una demostración de tolerancia racial cuando enviaron soldados para luchar por la independencia de Angola y Etiopía durante la década de 1970, además de ofrecer a los gobiernos de los dos países servicios de educación y sanidad gratuitos a través de programas de intercambio.

El documento se centra en el periodo revolucionario de 1959, donde resalta que, a través del derrocamiento de la dictadura de Fulgencio Batista, –apoyado por los Estados Unidos en una época en que en Norteamérica no existía la igualdad racial-, en Cuba desapareció todo posible vestigio relacionado con el racismo.

Los funcionarios de prensa gubernamentales acusan a los estadounidenses que firmaron el documento culpatorio de racismo de no haber sido correctamente informados sobre las ayudas médicas y humanitarias que el gobierno cubano envió a los Estados Unidos cuando sufrieron en Nueva Orleans los efectos del huracán Katrina, unas ayudas que fueron rechazadas según destacan por el gobierno del entonces presidente George W. Bush.

En el documento presentado a través de los medios, el gobierno cubano insiste en señalar que tras la declaración de los sesenta líderes de Estados Unidos se encuentra el plan de la nueva administración de Obama para conseguir desestabilizar la opinión que la comunidad afroamericana tiene sobre el gobierno de Cuba, para conseguir así nuevos apoyos hacia los opositores, que según el gobierno han dejado de recibir numerosas ayudas desde los últimos informes presentados en el exterior sobre las mejoras sociales.

Para los opositores la declaración gubernamental está repleta de verdades a medias y no expresa la realidad plena de la Cuba actual. Afirman que sí se intervino en los procesos de liberación de Angola y Etiopía, pero que no fue para apoyar a los negros sino para implantar regímenes de socialismo autoritario similares al que según ellos hay vigente en la isla caribeña. Por su parte el gobierno se defiende de estas declaraciones argumentando que en Angola las tropas cubanas combatieron la política del Apartheid que por aquel entonces algunos países “democráticos” según ellos, como Reino Unido y Sudáfrica, apoyaban para implantar en más territorios africanos.

Por su parte, los opositores señalan que durante el periodo dictatorial de Batista no hubo tratos represivos hacia la raza negra, por lo que consideran algo propagandístico del gobierno de Castro informar sobre las mejoras a partir del proceso revolucionario de 1959, y además señalan que a lo largo de la Historia de Cuba no hubo procesos de persecución raciales, y que en las trincheras de los luchadores patriotas por la independencia del país se encontraban lo mismo mestizos que blancos o negros.

El gobierno cubano en su informe presentado a los medios se limitó a responder a los sesenta líderes de la comunidad negra de Estados Unidos e hizo caso omiso de las misivas enviadas por la oposición sobre el cuestionamiento racial.