Movimientos revolucionarios podrían ser marcas registradas
En la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos se está pidiendo patentar el nombre "Ocupemos Wall Street 2012" y con ello registrar el movimiento.
En la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos se está pidiendo patentar el nombre "Ocupemos Wall Street 2012" y con ello registrar el movimiento.
Un extraño fenómeno está ocurriendo en Estados Unidos, uno que podría expandirse a otros lugares del mundo y no ha dejado indiferente a nadie, nos referimos a la posibilidad de convertir en marca a los movimientos revolucionarios contra acontecimientos que disgustan a los miembros de la sociedad.
Actualmente en Estados Unidos hay un movimiento conocido como “Ocupemos Wall Street”, y sobre éste ya se han hecho tazones, poleras y siguen haciéndose cosas para vender a los que se adhieran de una u otra forma a las motivaciones de la marcha (movimiento), pero ¿Hasta qué punto puede convertirse el movimiento en negocio?
Mientras miles de personas marchan en torno a la idea de tomarse Wall Street y acabar con la idea “capitalista” que representa dicho sector, hay quienes comercializan dichas motivaciones y la convierten en una moda adquirible por unos cuantos dólares. Es paradójico el notar que las mismas frases anticapitalistas que se utilizan por los manifestantes se venden tan bien por Internet. El punto está en que son tantos los que se convocan por esta marcha que los diseñadores de vestuario, vendedores de mercancías y otros rubros miran con interés el nuevo nicho que se crea en torno a la necesidad de “revolución”.
La situación llegó a un punto tan extremo, que la Oficina de Patentes y Marcas en Estados Unidos recibió durante la semana pasada una cantidad ingente de solicitudes de registro por frases como “Somos el 99%”, “Occupy DC 2012” e incluso “Occupy Wall Street” por parte de los mismos que se apostaron en el Parque Zuccotti en Manhattan.
Según el abogado representante de quienes solicitaron la patente (manifestantes), Wylie Stecklow, el único interés de obtener la exclusividad está en resguardar el nombre de quienes tienen ánimo comercial sobre él, asegurando no hay ninguna intención económica personal en la solicitud, ya que sería una marca registrada de uso público para fines no comerciales.
Será interesante ver qué resuelve la Oficina de Patentes y Marcas respecto de las solicitudes, pues abiertamente puede marcarse aquí un precedente para el resto del mundo sobre slogans y motivaciones colectivas, ya que parece ahora todo puede ser medido económicamente.