¿Qué es una tarjeta de crédito asegurada?
Nunca imaginamos en los años precrisis que, la debacle que se inició con la explosión de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, alcanzaría la magnitud con que se dejo ver en las economías mundiales y en la sociedad.
Directamente proporcional al avance en los escalones de la especulación, por parte de los sistemas financieros, la falta de responsabilidad de las sociedades que entraron en la espiral en que giraba el ciclo económico fue evidente, pues resultaba fácil y accesible, siendo inimaginable la situación que llegaría a desarrollarse posteriormente, la que tomaría el estatus de crisis histórica, algo sin precedentes en tiempos de paz.
Hoy, los instrumentos financieros y, más concretamente, los medios de pago, las tarjetas de crédito, también han migrado y se han mimetizado con un entorno incierto y dinámico, pero a la vez carente de confianza en el que la capacidad de presentar un historial de crédito positivo se transforma en la puerta que se abre para las tasas de interes bajas, los periodos introductorios extendidos en el tiempo y… el acceso a las salas VIP de los Aeropuertos.
Un mal historial de crédito por su parte, parece llevar una llamada de atención que dice al emisor o prestamista; “alerta, morosidad subyacente” y al cliente, a enfrentarse a tasas elevadísimas, líneas de crédito reducidas y cuotas anuales que –en ocasiones- rayan la usura.
Tarjetas aseguradas
Sin embargo pensando en las personas que optan por la reconstrucción de su historial de crédito, existen las tarjetas de crédito aseguradas.
Estas tarjetas cobran una comisión con carácter anual, que es más baja que la media. Adicionalmente y una vez concedida la titularidad de una tarjeta asegurada, los clientes deben autorizar la apertura de una cuenta de ahorro en la que se depositará una cantidad igual a la que conforma el límite de la tarjeta de crédito asegurada.
En caso de producirse un impago, la entidad emisora de la tarjeta asegurada podrá satisfacer las deudas contraídas y las cantidades pendientes pago a través de los saldos depositados en la cuenta de ahorros.
Es una fórmula similar a la pignoración de productos financieros y/o activos, que a través de la entrega de una garantía que cubre al prestamista en caso de impago, se adquiere la potestad para ser titular de una tarjeta de crédito o cualquier otro instrumento de financiación ajena.
Funcionamiento de las tarjetas de crédito aseguradas
Financiera y operativamente, las tarjetas de crédito son idénticas al resto de los plásticos, permiten las compras en establecimientos, siempre presenciales pues la actividad no presencial, Internet, catálogo, etc., está limitada a cantidades muy reducidas.
Si el titular de la tarjeta satisface periódicamente sus compromisos asumidos, el restablecimiento del crédito se va realizando paulatinamente y, de forma gradual, la cuenta se transformará en una tarjeta de crédito o asegurada, con menores tasas de interés y una mayor línea de crédito.
Para aquellos clientes que quieren cancelar tarjetas de crédito por las altas comisiones anuales cobradas, la obtención de una tarjeta asegurada, minimiza el impacto de posiciones de crédito cerradas en el historial de crédito.
Conclusiones
Las tarjetas de crédito aseguradas son un instrumento de pago en el que el cliente deberá demostrar que cuenta con el dinero para cubrir la línea de crédito concedida, adicionalmente son tarjetas que bien utilizadas, se convierten en reconstituyentes naturales de su historial de crédito. Es muy importante ser responsable con una tarjeta de crédito asegurada si está buscando el reestablecimiento de su estatus fiannaciero en la sociedad… ese que únicamente se consigue con historiales de crédito impolutos.