Generación de riqueza: Clave del nuevo modelo productivo
La clave de la reducción de las altas tasas de desempleo es la generación de riqueza.
La clave de la reducción de las altas tasas de desempleo es la generación de riqueza.
El nuevo modelo productivo está dando mucho que hablar. Hoy, cuando las economías se acercan vertiginosamente al tercer año de crisis económica, conceptos como el emprendimiento, la mayéutica y el coaching adquieren un protagonismo exacerbado como si, ciertamente, fueran conceptos inherentes al nuevo modelo.
Si bien es cierto que la necesidad actual radica en general áreas de emprendimiento y autosuficiencia a través de asociaciones de personas que, más que la prestación de un bien o servicio específico, sean capaces de crear y sustentar la generación de riqueza como parte primigenia de la productividad, es bien cierto también, que la generación de “empresa” tiene el mismo concepto que antes de la debacle.
Los cambios profundos y estructurales vienen propiciados por la, absolutamente indivisible, relación entre ahorro y generación de riqueza, por la expresión máxima del ser humano como fuente inagotable de riqueza. Una riqueza promovida por la propia unidad del ser humano
Ideas únicas, concordantes y complementarias que se intercambian en las redes sociales, en los portales informativos, en los distintos sectores en los que juntan personas, todas con ideas únicas, aptitudes únicas y en la búsqueda permanente de un objetivo común; el reparto de recursos equitativo y la generación de riqueza humana permanente.
Coaching, emprendimiento, mayéutica, productividad… necesarios y vitales para un proceso que, si bien parece es un recién nacido, no viene sino a poner de manifiesto, cuánto de la esencia del ser humano se ha quedado en cada operación especulativa, en cada ausencia de valores fundamentales para la convivencia, cuánto de COMPROMISO con la vida nos hemos dejado en este camino en el que, ciertamente, los árboles del “crédito para todos”, del “todo se puede comprar” y del “todo al alcance de todos”, nos han impedido ver el bosque.
Un bosque que nos habla de un pastel que no es suficiente para todos… a menos que seamos capaces de soltar lastre, desprendernos de bienes y servicios inútiles para el crecimiento de las economías pero que en nuestro camino por un crecimiento sustentado en el endeudamiento, hicimos necesarios y absolutamente imprescindibles para la convivencia.
El nuevo modelo productivo, sea el que sea o quizá el conjunto de modelos productivos nuevos, compuesto por las ideas de cada una de las personas que integran este nuevo universo globalizado y sin fronteras deberá realizar una transición hacia la autosuficiencia y la generación permanente de nuevos recursos y para ello, deberá ser capaz de utilizar los medios tangibles de la civilización precedente como herramientas rescatables y útiles en pos de un desprendimiento y en pos de lograr que, el ser humano pueda retrotraerse a las culturas de trueque e incluso a aquellas culturas en las que las personas que compartían la caverna eran capaces por sí mismas, de establecer pequeños órdenes sociales en los que, ensalzar las cualidades y canalizar las energías de los defectos, eran la forma a través de la cual se iba construyendo, creando, viviendo.