Negocios exitosos, crecimiento sostenido con la Curva S
La Curva S es una teoría desarrollada por Juan Carlos Méndez-García donde se hace hincapié en la importancia de innovar y hacer cambios sustanciales en la curva de desarrollo empresarial.
La Curva S es una teoría desarrollada por Juan Carlos Méndez-García donde se hace hincapié en la importancia de innovar y hacer cambios sustanciales en la curva de desarrollo empresarial.
La visión que tenemos del mundo está potenciada por algoritmos personales donde intentamos observar la forma en que se conducen las personas que interactúan en nuestro entorno social, donde claramente tratamos de establecer patrones predictivos de lo que está por acontecer. Si todo marcha de la forma prevista, es decir, se produce un sistema de comportamiento lineal en el resto, podremos acertar en nuestras predicciones sin mayor problema y sentirnos satisfechos ¿Y si no?
Quizás no muchas personas se han fijado en la obsesión que tiene la mayoría de los niños por jugar con interruptores (de la luz, por ejemplo), donde el hecho de presionar un botón y que se prenda una luz les hace sentir seguridad al saber que pasará una determinada cosa al actuar de forma específica. Así, crecemos bajo una premisa de linealidad donde todo debe marchar de la forma prevista, pero cuando esto no sucede así caemos inmediatamente en la perdición e inseguridad.
Con experiencias tan básicas como las expuestas recientemente nos damos cuenta de que tenemos que estar preparados para un mundo que no funciona de forma lineal, de ahí que el estratega e ingeniero del MIT (Massachusetts Institute of Technology) Juan Carlos Méndez-García, plantea un modelo bajo la llamada “curva S”. Bajo este modelo podemos llegar a entender el desarrollo de nuestra vida profesional y la curva de ascenso o descenso por la que atravesamos de forma objetiva.
La curva S en los negocios
En sistemas complejos como el mundo de los negocios, el ejemplo de linealidad que supone jugar con el interruptor esperando que la luz se prenda y apague, no funciona de la misma forma y eso nos confunde. Aprender que hay cierto retraso en el tiempo en que se obtienen resultados puede ser caótico para una persona que no sabe qué esperar de la relación entre el tiempo de espera y de dependencia, donde a veces un gran esfuerzo puede rendir poco al corto plazo o acciones realizadas en el pasado pueden significar una gran capitalización en el presente.
Con el uso de la “Curva S” conseguimos decodificar estos sistemas, proporcionándonos señales a lo largo de nuestra trayectoria que no siempre son “obvias” cuando lo observamos bajo un modelo convencional de análisis. La teoría de este sistema postula que aquellas personas que se dirigen con éxito, lo hacen aprovechando ciclos de aprendizaje sin caer en gastos excesivos gracias al entendimiento de la “Curva S”.
De forma previa al análisis de esta teoría en mayor profundidad debemos recordar lo que supone la teoría de la difusión de innovaciones (teoría que intenta entender el cómo, por qué y qué ideas de cambio y difusión tecnológica se da en distintas culturas). En este caso nos encontramos con una difusión o adopción relativamente lenta al comienzo, hasta que se alcanza un punto de inflexión donde hay un hipercrecimiento cuando llegamos a una penetración del mercado del 10% o el 15%.
Un ejemplo de lo comentado es Facebook, iniciativa de la que debemos suponer tenía una oportunidad de mercado de un billón. Llegar a la penetración del mercado del 10% tardó, en este caso, cuatro años para luego llegar a la masa crítica de un millón de usuarios donde comenzó el hipercrecimiento por el llamado “efecto de la red” y la “viralidad” de la iniciativa.
Curva S: clave del crecimiento sostenido
La Curva S en los negocios se aplica de la misma manera que en el desarrollo personal, donde al comenzar a escudriñar en un nuevo dominio de conocimiento tenemos que lidiar con una curva de aprendizaje lineal de lenta penetración, aunque en la medida que seguimos practicando se obtiene mayor tracción y con ello nos acercamos a un círculo virtuoso donde finalmente alcanzamos el punto óptimo de competencia, aceleración y confianza.
Podemos decir con certeza que el círculo virtuoso comienza cuando el conocimiento que tenemos sobre un campo determinado nos permite dar rienda suelta al hipercrecimiento gracias a la habilidad de racionalizar la nueva información que llega a nuestras manos sobre el campo en el que nos desenvolvemos. Finalmente el paso a la “maestría” viene aparejado del llamado “círculo vicioso” donde el efecto de sentirnos bien acerca de las cosas nuevas que aprendemos no permite hacer cosas de manera automática, prescindiendo del “cómo” se hacen las cosas para simplemente hacer lo que toca hacer.
De acuerdo a lo señalado por Méndez-García lo más importante al comenzar un emprendimiento es el descubrir la forma de optimizar y acelerar el aprendizaje de lo que hacemos, más tarde cuando lleguemos al primero 10% de penetración (conocimiento medio sobre el rubro) toca superar la curva descendente (convirtiéndola en ascendente otra vez) mediante el desarrollo de nueva habilidades que potencien los conocimientos ya aprendidos.
Cuando estamos en la maestría, volvemos a trazar una Curva S ascendente al escapar de la comodidad que supone mantener los grandes conocimientos en pos de asumir nuevos riesgos.