Libertad contra el monopolio

No hay monopolio más perjudicial para la economía que el monopolio del Estado.

Libertad para elegir y contra los monopolios

No existe peruano que no quiera ahorrar, ser libre y poder elegir. Son cosas básicas que todos demandamos, y cuando hablamos del pueblo empresario, son las razones que nos permiten hacer empresa, crecer y generar un mejor futuro para nuestras familias. Vivimos en un país con demasiadas reglas, leyes y normas que solo se hacen en favor del Estado que nos persigue y del mercantilismo de los monopolios liderados por falsos empresarios.

Todos prometen cambiar esto, unos más que otros y por eso es increíble que hoy, existiendo la oportunidad perfecta de romper parcialmente con uno de los monopolios más grandes que existe, las autoridades del “pueblo” nos traicionan. El problema es que este monopolio pertenece a las empresas controladas o concesionadas por el Estado.

Abrir el mercado de la electricidad y bajar la valla significa que miles de empresarios, sobre todo de la micro y pequeña empresa, puedan escoger en un mercado de libre competencia, quién les vende la electricidad y a qué precio. Esto se traduce en electricidad más barata, lo que de manera inmediata conduce a un ahorro en la producción, sobre todo de pan y manufactura, lo que daría como resultado un pan más barato para el pueblo al igual que la vestimenta, mobiliario y muchas cosas más. ¿Quién no quiere eso?

Algunos falsos representantes iluminados, protegiendo intereses de pocos, dicen que es un riesgo para la Mype, pero ¿qué riesgo hay en la libertad de elegir?. Sí, claro, el de elegir mal, el de que el precio suba, pero para eso somos empresarios, para tomar riesgos, no somos estúpidos (bajo la definición de Albert Einstein1) como sí lo parecen ser las autoridades y el Gobierno.

Si nos equivocamos aprenderemos como siempre hemos hecho y cambiaremos a otro proveedor o volveremos al original. Se presentará un nuevo proyecto de ley, esta vez solo queremos que las autoridades dejen de darnos la espalda y vean la realidad del pueblo empresario. Solo buscamos ser libres y poder elegir, y que ellos se atrevan a romper las argollas y generar un cambio que favorezca a muchos y no solo a unos pocos.


(1)Se le atribuye a Albert Einstein, físico alemán de origen judío y Premio Nobel de Física en 1921, la siguiente frase: “Dos cosas son infinitas: el universo y la estupidez humana; y no estoy muy seguro de la primera”.