Escándalos en la Iglesia Católica

La Iglesia Católica llama a sus fieles a recibir y respetar a los homosexuales, pero al mismo tiempo, a rechazar sus actos.

Iglesia Catolica
¿Son la homosexualidad y pedofilia los mayores escandalos de la Iglesia Católica?
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La Iglesia Católica dice que la declaración de la OMS de 1993 que quita la homosexualidad de la lista de enfermedades es una presión del "lobby gay" que corrompe a médicos y psiquiatras. Entonces la Iglesia misma ha usado a la homosexualidad como chivo expiatorio por estos abusos pedofílicos. Y no tiene nada que ver, además de la hipocresía que significa sostener la condena a la homosexualidad cuando en el clero, como en todos lados, hay una buena cuota de homosexuales.

La Iglesia Católica se ha visto sacudida en estos últimos tiempos por un aluvión de denuncias de abusos a menores, lo que ha generado la renuncia de altos mandos eclesiásticos. Ha involucrado incluso al mismo hermano del Papa Benedicto XVI. Sin embargo, nada de esto sorprende a la población, ya que este tipo de abusos eran conocidos por gran parte de la sociedad, muchas veces criticados con severidad y otros tantos dejándolos simplemente en suposiciones o mirando hacia el otro costado.

Es llamativo, empero, que todo esto haya estallado como una bomba tan repentina en manos de la Iglesia, que con estructuras vetustas que no han acompasado el transcurso del tiempo ha ido perdiendo credibilidad en el mundo. Una explicación de ello es el resurgimiento de tantas iglesias fantasmas tentando con posturas milagrosas a descreídos fieles.

No es un tema sencillo, y habría que profundizar en preguntas más existenciales antes de ingresar en temas de fondo. Muchas veces la gente busca un Dios en el cual esconder sus debilidades y temores personales, de esta forma lo bueno llega por obra divina y las adversidades son sólo fruto del destino que el Dios ha querido a su voluntad. Los temores generan sumisión, y muchas veces esto se transforma en un mercado de fieles, como decía Voltaire: “Si Dios no existiera habría que inventarlo”. Es que la gente necesita de un Dios para esconder sus miserias, y muy a menudo vemos como muchos rezan con los mismos labios que utilizan para mentir. Vale aquí la reflexión de Friedrich Nietzsche: “Dios ha muerto, los hombres lo han matado”.

La pedofilia y abuso son condenables en cualquier ámbito. Siempre significan un ejercicio de poder despótico que somete al más débil y agravado por la morbosidad del caso en particular. Entonces, que se entienda bien, ninguna explicación que se de quita gravedad al asunto.

Sin embargo, siempre hay un ahora, creo que esto está en consonancia con una campaña de desprestigio de la Iglesia Católica que corre por otros caminos y "non santos". ¿Nunca se supo nada de estos casos de abuso sexual que tienen décadas? Y seguramente no son los primeros, han existido desde el fondo de la historia. ¿Por qué de pronto explotan como al mismo tiempo en todo el mundo y arrecian denuncias y condenas y pedidos de perdón y correrá dinero, seguramente?

Es impredecible lo que pasará dentro de un tiempo, pero es de estimar que este escándalo correrá la misma suerte de toda noticia por estos tiempos, tiene su cuarto de hora y queda en el olvido. Es una clásica postura de los medios de comunicación de masas, de los generadores de noticias. Hoy es negocio este tema, vaya a saberse bajo qué intereses, pues siempre los hay cuando se ataca de esta forma. Luego todo queda en el olvido, intercambios de favores, negociaciones ocultas a la vista de los receptores de información, y luego todo queda en el olvido. Y lo que es peor, en esa actitud acrítica, suele quedar en el olvido en el grueso de la población.

Y los abusos seguirán aunque nadie los diga. ¿Qué motiva particularmente esta campaña de desprestigio? Es curioso que ahora no son los manejos del Banco Ambrosiano y sus inversiones en el mercado de armas o cosas por el estilo lo que está más en el tapete. Ésa es una información que en todo caso sólo llega a algunos.

El tema de abuso sexual a niños, y a niños pobres, tutelados, huérfanos, toca otras fibras de la sensibilidad, cuando no teñida de sensiblería, que alcanza a todo el mundo. ¿Por qué ocupa mucho menos espacio la discusión sobre la postura católica en torno a los métodos anticonceptivos, por ejemplo, que es tremendamente condenatoria de los más pobres y de una hipocresía agraviante?

Varones célibes dan clases de ética a mujeres y familias. Mirándolo desde otra perspectiva, y sin quitar por supuesto gravedad al asunto, estadísticamente estamos hablando de pocos casos de obispos pedófilos. Y esto no es minimizar el asunto, que quede muy en claro esto, pero tenemos en América Latina más casos de abuso sexual a niños en el ámbito de sus familias, que a manos de curas u obispos en el mundo.

Concluyo con la misma sospecha, porque tampoco creo en la inocencia de quienes forman opinión a través de los grandes aparatos de la información, aquí hay otros gatos encerrados.

Curas pedófilos hay, obispos también, pero toda la catarata informativa de estos días, ¿está pensa/da para erradicar esta barbaridad o para defender a las víctimas? Tengo mis serias dudas de ambas cosas. Presumo que hay más ganas de “pegarle” al Papa que de sanar la situación, y aclaro que no es ningún santo de mi devoción Benedicto XVI, aunque es una percepción que me invade. Lo cual no quiere decir que el Papa no se merezca los golpes, no posee las credenciales para alzarse como un gran defensor de estos desvíos, máxime cuando dudosamente desconociera muchos de los casos, como el de su propio hermano.

¿Hay vinculación del celibato con estas prácticas? No podría dar esta respuesta, no me consagré al celibato y me parece una práctica absolutamente obsoleta y carente de sentido. Pero soy tolerante con dichas posturas, lo cual no implica disentir profundamente con ellas. No obstante, existen Informes psiquiátricos que afirman que no hay relación entre el celibato y estas prácticas, por tanto tiendo a pensar que en todo caso en una mente sana la compulsión sexual no tiene por qué llevar a la perversión y al abuso.

El otro tema que se ha vinculado con el abuso es la homosexualidad y allí la Iglesia Católica ha recibido el golpe del propio boomerang que largó. Condena a la homosexualidad como desviación y enfermedad. Porque la idea de Monseñor Cotugno (obispo de Uruguay), de crear una suerte de colonia de vacaciones para homosexuales para someterlos a métodos de recuperación y volverlos a la sociedad sanos y salvos, no fue la de un paracaidista, es la postura oficial de la iglesia católica que contradice los estudios psiquiátricos que hace rato que quitaron a la homosexualidad de la lista de enfermedades.

Claro, cuando empezaron a caerle todas las críticas, la propia Iglesia lo dejó solo, pero él no se salió del libreto oficial. La Iglesia Católica dice que la declaración de la OMS de 1993 que quita la homosexualidad de la lista de enfermedades es una presión del "lobby gay" que corrompe a médicos y psiquiatras. Entonces la Iglesia misma ha usado a la homosexualidad como chivo expiatorio por estos abusos pedofílicos. Y no tiene nada que ver, además de la hipocresía que significa sostener la condena a la homosexualidad cuando en el clero, como en todos lados, hay una buena cuota de homosexuales.

Condenar la homosexualidad es una aberración tan grande como cuando se condenaba a los zurdos a escribir con la derecha sobre la base de castigos. La sexualidad, vivida en el ámbito de lo privado y en acuerdo mutuo es ejercicio de la legítima libertad que corresponde al ser humano. Supuestamente la Biblia condena esta práctica, lo que daría para un artículo mucho más extenso.

Es menester resaltar que vincular la homosexualidad a los casos de abuso a niños es una barbaridad insostenible pero que se hace y se ha hecho desde la Iglesia Católica misma.
Un periódico italiano, del 23 de abril, habla justamente de las declaraciones del cardenal Tarcisio Bertone durante una visita a Chile y en las que vincula ambas cosas en una relación de causalidad. La articulista comenta sus declaraciones diciendo entre otras cosas: "... el rechazo de reconocer que los homosexuales son capaces de relaciones sanas y maduras entre adultos. Es la naturaleza la que debe adecuarse a los esquemas mentales construidos a priori por los seres humanos, según una línea tomística y aristotélica. No al revés. La tentativa de conciliar este uso ideológico de la ciencia con el mensaje evangélico ha llevado a distinguir entre tendencia homosexual y acto homosexual.

La iglesia católica invita a los fieles a recibir y respetar a los homosexuales, pero al mismo tiempo, a rechazar sus actos. En fin, hay que ser habilidoso. Es un juego de palabras que queriendo aclarar con hipocresía no hace más que oscurecer.