Los asesinos del mundo

palacio presidencial en Haiti
flickr.com
flickr.com

Luego del terremoto de 7 grados en la escala de Richter del 12 de enero a Haití la tierra se siguió sacudiendo contabilizándose decenas de terremotos de varios grados en la escala. El mismo día la ministra, Marie Laurence Jocelyn Lassegue, declaró que se había contado más 150 mil cuerpos y que faltaban los que habían sido incinerados, los que aun estaban sepultados y los miles que fallecieron en otras ciudades siniestradas.

Se trata del peor cataclismo de la isla en 200 años. El siniestro ha sumado desgracia al país más pobre de toda América.

¿Pasan estas cosas por casualidad? ¿O se trata de una consecuencia que se podía predecir? ¿Otra vez la negligencia? ¿O tal vez sea una consecuencia dirigida? ¿Otra manifestación del despiadado poder de los ricos?

Hay muchas versiones dando vueltas al mundo. Pero sin duda que, de alguna forma, hay un poder involucrado en esta desgracia y en la actual realidad de Haití. El mismo y gigantesco poder del siglo XXI:

Un poder empresarial que tiene como mercenarios preferidos a los científicos nucleares y al ejército de los EE. UU. mientras la ayuda humanitaria parece estar siendo comandada por el Pentágono.

La decapitación de la nación haitiana que quedó sin gobierno luego del desastre ha sido una situación ágilmente aprovechada por el ejército estadounidense que tiene ya el país en sus manos. La UNAIS, que reparte los alimentos y la ayuda humanitaria está siendo dirigida, según parece, por el Comando Sur de EE.UU. (SOUTHCOM).

Así también la ayuda estadounidense a los pueblos de la tierra; si se parece a la que implementaron con el pueblo de Irak, es mejor no permitirla.

Ninguno de los puntos donde ha intervenido el ejército EE.UU. en la última década, ha podido estabilizar su política o economía, cuestión que involucra también, su propia economía

Esto vuelve a apuntar a un grupo que desconoce “patria”, que ha privatizado entes del Estado tanto en países pobres y vulnerables o economías débiles como Paraguay hasta en la propia tierra estadounidense, donde se ha privatizado hasta la emisión del dólar si nos atenemos a la existencia de la Reserva Federal.

Las versiones de manipulación

La manipulación de la naturaleza como arma es un sueño muchas veces explotado en los cómics infantiles donde los superhéroes provocan tormentas y terremotos, dominan el rayo y los ciclones dirigiendo la furia de la naturaleza. Se estima que la cuarta parte de los terremotos registrados se deben a ensayos con armas nucleares. La carrera armamentista que siguió al nuevo orden establecido al final de la II Guerra, mantuvo la tensión entre los polos durante toda la Guerra Fría. “Los aliados” fueron testigos de la masacre que hizo el invierno ruso diezmando al ejército alemán.

Cuando en el año 1991 cayó el muro de Berlín, significando el final del comunismo en Europa y la disolución de la URSS, la industria militar que trabajaba con armas nucleares, lejos de disolverse, apostó a seguir creciendo y los gobiernos del Primer Mundo dedicó, a estos menesteres, un presupuesto desorbitado.

¿Qué armas se están probando en la atmósfera, en el espacio, en las profundidades del mar?

Desde la administración de Ronald Regan hasta Bush y con mayor intensidad desde la alianza en la que se han alineado EE.UU. e Israel, las pruebas nucleares siguen sucediéndose sin ningún control. Esto significa que la coalición de defensa estratégica del las inversiones pro-liberalismo, pro-empresas, son las fuerzas armadas de los gobiernos costeados por los grandes capitales del mundo y por los contribuyentes. Estos ejércitos han estado involucrados en proyectos militares que implican directa e indirectamente el clima terrestre.

Uno de estos secretos del que se habla extraoficialmente es el proyecto HAARP (Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia) basado en los principios de Nikolai Tesla.

De existir este proyecto estaría trabajando en la transmisión de energía electromagnética prescindiendo de soporte físico. Se trataría de una militarización de la ionósfera a la que, mediante emisión de ondas, la estarían convirtiendo en un medio ideal para el rastreo y detección de armas nucleares, escudo de ataques de misiles y detección de señales en misiones bélicas y, de ser necesario, ¿podría utilizarse para bloquear todo el sistema mundial de comunicaciones con excepción del bando propio?

No estaría fuera del contexto este proyecto teniendo en cuenta los escasos resultados del escudo antimisiles administrado por George Bush desde el año 2000. El sistema no es lo suficientemente seguro por lo que no justifica aun la inversión de los 59 millones de dólares que absorberá el programa.

De hecho, tanto Israel, el gran aliado de EE.UU., como India, en su carrera nuclear antipaquistaní, venían haciendo pruebas nucleares en la región pese a las advertencias de los geólogos respecto a la peligrosidad de dichas pruebas en el Cinturón de Fuego del pacífico, donde está Indonesia formada por unas 17 mil islas. El terrorífico tsunami que en el 2004 ocasionó cientos de miles de muertes y que comprometió a 12 países con población mayoritariamente islámica dejó una sospecha muy profunda respecto a su causa. Lo cierto es que hubo más de cien mil víctimas indonesias que profesaban la fe musulmana.

Se conoce que, entre los posibles causales de maremotos (tsunamis) y terremotos, está también la acción de poderosas detonaciones hechas por el hombre en las profundidades submarinas. Sería terrible encontrar la responsabilidad de esos privilegiados, tan pocos, pero tan dañinos, en mortandades tan vastas.

Aun están recientes las imágenes del sur de Madras, en India, donde el ejército trabajaba en la identificación de cuerpos al igual que Sri Lanka, donde el tsunami arrasó con la isla Akkeduwa dejando un reguero interminable de cadáveres. Así se suman ahora otras visiones escatológicas de aflicción: Los restos de Haití, con montañas de escombros y olor a gente muerta descomponiéndose en las calles mientras los soldados de EE.UU. han llegado ya ha imponer su presencia de policías mundiales indiscutidos.

“En definitiva, los marines son ante todo guerreros, y eso es lo que el mundo sabe de ellos… …somos igualmente compasivos cuando tenemos que serlo, y ese es un papel que nos gustaría desempeñar: El de guerreros compasivos que llegan con la mano extendida para ayudar a quien lo necesite. Estamos entusiasmados con esta misión”. (14 de enero de 2010, Portavoz de los marines, comunicado de prensa de las fuerzas armadas: “ Marines Embark on Haiti Response Misión ”). En sus propias palabras, queda evidente el paradójico desconcierto de sus objetivos de paz y guerra.