Navidad en libertad
La libertad para desenvolvernos en sociedad es, sin duda, el mejor regalo que podemos recibir como individuos.
La libertad para desenvolvernos en sociedad es, sin duda, el mejor regalo que podemos recibir como individuos.
La Navidad es la época del año donde cada uno de nosotros aprovechamos para estar en familia. También es un momento de reflexión, festejos y recuerdos. Como es de esperase, todos esos momentos nos causan una sensación de felicidad. Por ello, es bueno preguntarnos ¿es posible sentir felicidad durante todo el año? La respuesta es que sí; siempre y cuando cada uno de nosotros tome el control de nuestras propias vidas. Esto es posible porque solo uno mismo sabe lo que necesita para ser feliz. Por ende, ni el Estado ni nadie podrá hacerlo por nosotros.
Entonces deberíamos preguntarnos, ¿por qué no podemos llevar a cabo nuestro proyecto de vida para lograr la felicidad y así disfrutarla no solo todo el año sino, todos los años? Hay muchas respuestas para esa pregunta; pero cada una de ellas tiene como punto central el Estado.
Tenemos que entender que el Estado está para servir a los peruanos. Este es el encargado de darnos el resguardo con la finalidad de asegurarnos tres derechos: la libertad, la vida y propiedad. Sin ellos, no hay posibilidad de que podamos llevar a cabo nuestro plan de vida, que en el Perú pasa por poder emprender y desarrollarnos como queramos; siempre y cuando respetemos la dignidad de terceros.
De nosotros depende estar alertas para exigir a nuestros gobernantes de turno el resguardo de dichos derechos, ya que todos los días nos los estamos jugado.
A pesar de todo y no obstante lo antes mencionado, hace unos días hubo un anuncio mediante un mensaje a la nación televisado donde se decretaba el cierre del Congreso y de otras instituciones indispensables para resguardar nuestros derechos.
Este evento, además de ser anticonstitucional, tiene que ser una llamada de atención a todo el país, para que los ciudadanos se atrevan a tomar la rienda de su propia vida y alzar la voz de protesta contra la disolución de instituciones esenciales para dicho propósito. El principal actor político somos cada uno de nosotros.
Este diciembre va a ser muy particular para todos nosotros, por un lado, es una época del año que puede hacernos reflexionar sobre la felicidad y nuestros planes de vida; cualquiera que ellos sean. Pero también va a ser recordado por este evento donde se nos quiso privar de nuestros derechos y así restringir nuestro largo y apasionado camino de la búsqueda de la felicidad.
Es una lección para todos los peruanos; nos jugamos la libertad todos días. ¡Feliz Navidad y que viva la libertad!.