Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de Irán, asesinado por Estados Unidos
El Pentágono acusaba al general iraní de desarrollar planes para atacar a miembros del servicio estadounidense en la región.
El Pentágono acusaba al general iraní de desarrollar planes para atacar a miembros del servicio estadounidense en la región.
Qasem Soleimani, poderoso y temido jefe de la Fuerza Quds de Irán, fue aniquilado el viernes 3 de enero durante un ataque de Estados Unidos contra el vehículo en el que el militar se desplazaba cerca del aeropuerto de Bagdad.
Quién fue Qasem Soleimani
Soleimani forjó su reputación de hombre aguerrido durante los ocho años que duró la guerra entre Irán e Irak, en la década de 1980, donde estuvo al mando de una de las divisiones del ejército iraní. Por entonces, se hizo conocido por encabezar misiones de reconocimiento dentro del territorio enemigo y fue nombrado comandante de división cuando aún no había cumplido los 30 años.
Tiempo después, volvió a destacar por el papel relevante que tuvo durante la reciente guerra contra el autodenominado Estado Islámico en Irak y Siria, tras la cual Teherán ha logrado ampliar su red de influencias en la región.
En la madrugada del viernes 3 de enero, Soleimani murió durante un bombardeo de Estados Unidos. El Pentágono confirmó que ejecutó el ataque siguiendo las órdenes del presidente Donald Trump, según refiere el comunicado de dicha institución:
"A dirección del presidente, las Fuerzas Armadas de EE.UU. tomaron una decisiva acción para proteger al personal estadounidense en el exterior matando a Qasem Soleimani".
Las autoridades iraníes, por su parte, han deplorado la muerte de Soleimani, quien fue considerado un “mártir” por el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, quien también declaró tres días de duelo en el país. Jamenei advirtió también que habrá una dura respuesta para los responsables de su muerte, según informó la agencia oficial iraní Isna.
El brazo armado entre las sombras
Soleimani era considerado como un hombre de confianza del ayatolá, a quien reportaba directamente; desde hace más de dos décadas era comandante del grupo élite Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, organización responsable de las acciones militares encubiertas de las fuerzas iraníes en el extranjero. Desde esa posición, fue el responsable de los lazos tejidos por Teherán con la milicia libanesa de Hezbolá y con grupos palestinos como Hamás.
A Soleimani se le atribuye haber definido la estrategia que ayudó al presidente Bashar al Asad a cambiar el curso de la guerra contra las fuerzas rebeldes en Siria, al mismo tiempo que tomaba el control de las milicias chiitas en Irak, que recibían apoyo y entrenamiento de Irán.
Asimismo, el general iraní fue una pieza clave en la guerra contra el autodenominado Estado Islámico en Irak y Siria, pues la presencia en el terreno de las milicias entrenadas por Irán, a través de las fuerzas comandadas por Soleimani, fue fundamental para la derrota del Estado Islámico.
Fue justamente en este último conflicto cuando Soleimani, conocido por ser un hombre discreto que rehuía de la luz pública, logró una mayor visibilidad. Hayder al Khoei, del Instituto Real de Asuntos Internacionales en Irán, se refirió a Soleimani en unas declaraciones a la BBC en 2014:
"Se ha ganado su poder porque trata directamente con las unidades en el terreno. No le atemoriza viajar por Siria e Irak para asegurarse de que las milicias son capaces de enfrentar la amenaza del Estado Islámico".
Soleimani es considerado por muchos como el estratega que fue capaz d aprovechar la oportunidad creada por la invasión angloestadounidense de Irak que derrocó a Sadam Hussein, así como la guerra contra el Estado Islámico en Siria, para expandir la influencia de Teherán en la región en detrimento de los intereses de Estados Unidos.
Amigo y enemigo
Pero Soleimani también era visto como el hombre clave en la cooperación que discretamente establecieron Washington y Teherán para derrocar a los talibanes de Afganistán en 2001 y para prevenir un mayor deterioro de la situación de seguridad en Irak en 2007.
El ex embajador de Estados Unidos en Irak y Afganistán, Ryan Croker, recordó en una entrevista con la BBC en 2013 lo importante del rol que tenía fuera de los reflectores el general Soleimani:
"Mis interlocutores iraníes dejaron claro que, aunque mantenían a la cancillería de su país informada, al final era Soleimani quien tomaba las decisiones".
Para Lyse Doucet, corresponsal en jefe de la BBC, Soleimani era el verdadero ministro de relaciones exteriores de Irán cuando se trataba de temas de guerra y paz.
En la guerra de Irak, la fuerza Quds fue la responsable de armar y entrenar a las milicias chiitas que combatieron al Estado Islámico sobre el mismo terreno. En manos de esos grupos, influenciados por Teherán, reposa en la actualidad gran parte de la seguridad y estabilidad de Irak.
Con la muerte de Soleimani se abre una interrogante no solamente sobre cómo usará Irán esa influencia, sino además sobre cuán lejos pueden llegar las consecuencias de los ocurrido. Por el momento, en un comunicado publicado por la prensa iraní, el ayatolá Jamenei lanzó una fuerte advertencia:
"Los criminales que han manchado sus manos con la sangre del general Soleimani y de otros mártires en el ataque del jueves por la noche deben esperar una dura venganza".