Las inconsistencias del racismo

Sí que sois diferentes pero nunca superiores a los otros. Ni raza pura, ni elegidos por Dios; blancos, anglosajones y protestantes, si desconocéis esta verdad estaréis siendo traidores a la inteligencia, al sentido común y vosotros mismos.

Dia Internacional contra la discriminacion
flickr.com

Ya en las proximidades del 21 de Marzo, Día Internacional contra la discriminación, fecha que internacionalmente se ha fijado para recordar que el racismo no cabe en una sociedad justa, entre otros tipos de injusticias, parece necesario hacer algo más que repetir lecciones morales “a secas” que mencionan palabras como “tolerancia”, “buena voluntad”, etc. sin esgrimir una exposición demoledora de la teoría seudológica racista.

En este sentido permítaseme valerme de un recurso literario que, además de hacer más ameno el discurso, prestará una excelente oportunidad pedagógica en la medida que procederá a “desnudar” sistemáticamente las inconsistencias del racismo y probablemente su autoexclusión del mundo filosófico.

En los albores de la postmodernidad se puede sentir una desconfianza, muy justificada por cierto, al cambio de actitud promovido por el espíritu religioso de otras épocas. La gente presenta resistencia a “hacer el bien” y a contener los sentimientos negativamente discriminadores por simple ética porque ya no se cree en el “infierno” ni el “cielo”.

Corriendo el riesgo de ser demonizado por la opinión eclesiástica me atrevería a decir que, esta renuncia al samaritanismo inducido por el ejemplo de los mártires, bien puede ser una superación que tiende a encontrar las verdaderas razones por la que ser racista es un comportamiento absurdo que está atentando contra el propio “discriminador”.

Ser racista significa haberse acostumbrado a ser déspota, creerse integrante de un grupo privilegiado y, tales sentimientos no son innatos, se “absorben” del entorno representando una medida del grado de ignorancia que habita el espíritu colectivo de una nación, grupo o persona.

Decir que no se es racista porque el evangelio dice que todos somos hijos del Padre es una convicción tan endeble como peligrosa. Frágil en tanto está condicionada a la creencia de determinados supuestos que, cuando se “descascaran”, caen precipitando también la ética del amor al prójimo que se parece más a una “quijotada” cuando no se ha llegado al fondo del mensaje.

Tal vez el problema radica en que, en la mayoría de los casos, la propia religión es un generador histórico permanente de interpretaciones bíblicas racistas porque los “elegidos”, como “el pueblo de dios” se sienten superiores y, sobre todo en el Viejo Testamento, arrasan con otros pueblos politeístas o veneradores de imágenes.

Actitudes racistas en el banquillo de los acusados

El caso del Pastor Protestante:

Fiscal: ¿Pertenece al movimiento WASP?
Pastor: ¿Se refiere a la banda inglesa?

Fiscal: Sabe muy bien que me refiero a la asociación de “blancos anglo-sajones protestantes”.
Pastor: Ah, sí, ¿Qué hay con eso? ¿No vivimos en un país libre?

Fiscal: Siempre y cuando no se dañe el derecho de otras personas.
Pastor: ¿Quiere usted decir que ante la ley da lo mismo un justo que un pecador?

Fiscal: La ley trata con ciudadanos que son o no infractores. Por ejemplo usted está siendo juzgado por una acusación que lo deja al margen de la ley.
Pastor: ¿Por qué se me acusa?

Fiscal: No admite en su iglesia gente de color, eso es considerado un delito en este lugar.
Pastor: Deberían juzgar también a Dios porque fue Él quien maldijo a los negros, descendientes de Canaán, hijo de Cam y nieto de Noé.

Fiscal: ¿Cree entonces que la raza oscura está maldita?
Pastor: Creo en la palabra de Dios.

Fiscal al jurado: ¿Han escuchado a este “piadoso” sacerdote? Dice que el Creador ha maldecido a los de piel oscura y hace gala de un racismo bíblico en perjuicio de otras personas de la comunidad.

Juez: Este jurado cree más en la justicia de su jurisdicción y en los derechos de igualdad entre sus ciudadanos que en los argumentos de este religioso que lejos de “religar” lo que hace es desunir a las personas. Sus fuentes de referencia son subjetivas, escritas hace más de 3 mil años y difícilmente atribuibles a un ser insuperablemente justo.

El acusado deberá trabajar honorariamente cinco años en servicios de ayuda, solidaridad y cooperación en un país con población predominantemente negroide. La suma de méritos por acciones heroicas, logros en disminución de pobreza, cura de enfermedades, etc. dentro de la comunidad podrán disminuir su pena.

El amigo de Hitler:

-Como abogado defensor de este caballero les diré que mi cliente se ha consagrado a la purificación de la raza y, aunque sea condenado, no está arrepentido porque será un mártir más de la incomprensión de los ignorantes –Expresó la defensa.

-Objeción, el defensor está justificando los crímenes que ha cometido este secuaz de Adolf Hitler –Lo interrumpió la fiscalía. Es apología del delito.

-Por favor Usía, estoy tratando de exponer las razones que el acusado quiere presentar como atenuante de las muertes que se le imputan –Pidió el letrado.

-Continúe la defensa, pero le advierto que no toleraré que siga abusando de la paciencia de los aquí presentes –Advirtió el juez –Haga el favor de ir al grano.

-Bien, trataré de ser conciso. Mire como está el mundo, Señoría, no hay quien ordene este caos. Hace falta menos “promiscuidad”, se sabe que las mezclan echan a perder todo. La erradicación judía de Alemania podría salvar al mundo ya que es la única raza que se ha mantenido genéticamente intacta.

-¿Dice Ud. abogado, que este neonazi hizo bien al colocar explosivos en una escuela judía y provocar la muerte de decenas de niños porque había, ahí adentro, posibles contaminadores de nuestros genes germanos? –Se asombró el propio ministro.

-No lo digo yo, lo dice un intelectual: El Conde de Gobineau en su Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas.

-Sabe usted que este texto inspiró al fascismo de Mussolini y al nazismo de Hitler ¿Cree que estos “monstruos” fueron en realidad salvadores de la especie mal comprendidos? –Le preguntó el fiscal.

-Pero señores, cuando ustedes compran su bebida ¿No es motivo de reclamo que la despachen adulterada con agua? Es lógico que una raza “fuerte” como la raza judía tiende a sobreponerse sobre la genética de la nación huésped. Los alemanes corremos el riesgo de desaparecer y lo peor es que se trata de la desaparición de la raza Aria, la más inteligente, bella y poderosa raza del planeta.

-No me extrañaría que usted mismo cometa un crimen similar en los próximos días, Dr. La “hermandad” que su cliente y usted mismo integran no parece muy hermanable con las otras razas “impuras”. Pero escuchemos mejor a este teórico que ha venido de Latinoamérica a desbaratar su arcaica idea seudocientífica racista.

-Buenas tardes. He estado escuchando los alegatos precedentes y quisiera recordarle al jurado que en el año 1885 un antropólogo haitiano, Aténor Firmin, respondió al ensayo de Gobineau con su Tratado de la igualdad de las razas humanas.

-Pero profesor –exclamó el acusado -¿No sabe Ud. de la degeneración genética?

-Claro que sí, es muy común en grupos que, como su hermandad de cabezas rapadas, no quieren contaminar su “especialísima” sangre y mantienen relaciones sexuales entre parientes cada vez más cercanos juntando de este modo recesivos malos y dando lugar a las aberraciones.

-¿De qué habla? –Se asombró el abogado defensor.

-Me refiero a que el concepto de raza pura es una falacia. La especie humana es una sola y se va perfeccionando gracias a dos factores fundamentales –volvió a decir el profesor.

-Menciónelos por favor –pidió el fiscal.

-La selectividad de la naturaleza hacia la evolución y la disponibilidad de genes de gran variedad. Los mejores resultados serán entonces la síntesis de información genética mejor adaptada al medio ambiente en el que se desarrolla.

-Muy bien -dijo el juez, un momento después –El jurado ya se ha manifestado y considera culpable de los cargos al acusado por lo que, durante su reclusión, se le permitirá informarse sobre los últimos hallazgos en el estudio de la genética humana. Esta corte pedirá el cese de funciones de este abogado racista y la disolución de la hermandad la que comenzará a trabajar en campañas humanitarias y de antidiscriminación.

Conclusión

Existen pues muchas otras formas negativamente discriminativas. Los llamados blancos son, en menor grado, maltratados por gente morena. Se trata de una especie de desquite y de una guerra de colores que promueve el malestar social y que nunca conduce a algo positivo.

La ignorancia y los prejuicios son fuente de exclusión y xenofobia. También el mito bíblico y otras creencias animistas han mostrado actitudes que, si bien para la comunidad local son tradiciones aceptadas, sabemos que en un contexto cultural más rico tales actitudes dejan de tener sentido.

Una tribu de piel oscura que suele ser azotada por la lepra culpa a los recién nacidos albinos, niñas o niños, a quienes cortan la cabeza de inmediato para prevenir que la enfermedad se acerque al clan. El mito es un placebo que quiere ocupar el lugar de la sabiduría, no es dañino es su ámbito de ficción, pero cuando se lo quiere plasmar como realidad aparecen enormes brechas que separan al ser del ser e inventan una superioridad donde no la hay.


Este 21 de marzo, en Estados Unidos se llevará a cabo la Marcha por América, donde miles de inmigrantes protestan yendo a Washington por las promesas incumplidas de Obama. Los inmigrantes son discriminados socialmente por su condición.