Cómo la economía egipcia costeó la construcción de las pirámides

La construcción de las pirámides de Egipto es un enigma hasta la época.¿Cómo pudo la economía egipcia costear estas construcciones?

Como se costeo la construccion de las piramides

El cobro de impuestos, la esclavitud y las torturas fueron factores fundamentales para levantar una de las siete maravillas del mundo.

Las pirámides de Egipto son todo un enigma hasta la actualidad, pues la ciencia y la sociedad se hacen miles de preguntas sobre su construcción, ya que se trata de edificaciones muy avanzadas para la tecnología de la época. Mucho se habla de diferentes teorías, donde la esclavitud, las religiones y hasta los extraterrestres tienen que ver. Pero realmente, ¿cómo fue qué la economía egipcia pudo pagar la construcción de tales edificaciones?

A pesar del misterio que le rodea, según el historiador Benedicto Cuervo Álvarez, en su libro "La sociedad en el Egipto de los faraones", el primer Estado centralizado del mundo fue Egipto. Ello implica que fue pionero en cobrar impuestos obligatorios a sus ciudadanos, solo para tener una idea, en el milenio IV a.C. ya se estaban recaudando aranceles en los reinos de Hieracómpolis, Abydos y Nagada.

Pero en el 3100 a.C. ya existía un sistema complejo de recaudación para así envolver a todo el país, con base en el procedimiento burocrático. De la misma manera, el faraón era quien tomaba la responsabilidad de cobrar los impuestos por todo el territorio y se realizaba cada dos años aproximadamente.

La sociedad egipcia se dividía en diferentes ramas, comenzando por la clase alta, representada por el faraón, su familia, los nobles y los sacerdotes. Luego quedaban en la lista la clase baja, representada por los escribas, comerciantes, mercaderes, los artesanos, campesinos y los esclavos.

Los esclavos

Justo en el final de la estratificación social, donde están los marginados sociales, es donde se encuentra focalizada la fracción social encargada de construir las pirámides, pues se supone que los esclavos fueron quienes hicieron el trabajo pesado de levantar tales edificaciones de gran magnitud.

El concepto de esclavitud ya existía en el antiguo Egipto, pero con sus grandes diferencias respecto a las definiciones históricas del mundo. A estos se les denominaba siervos forzosos, y llegaron a contar con derechos legales, tenían un salario y también podían ser ascendidos en sus cargos. Según Cuervo Álvarez, los malos tratos no eran frecuentes, sin embargo, cuando ocurrían, los afectados tenían derecho a denunciar el abuso frente a los tribunales, pero solo si realmente el castigo había sido injusto.

Por otro lado, los esclavos que estuviesen agregados al servicio doméstico, es decir, que servían en hogares pertenecientes a la realeza, tenían grandes privilegios con respecto al resto, pues se les proporcionaba alojamiento, comida y su dueño se veía obligado a vestirle, darles aceites y telas varias.

Los campesinos

En otro orden de ideas, volviendo a los cobros de aranceles que fueron la base real para la construcción de las pirámides, las amenazas y torturas eran el pan de cada día para quienes se negaban a pagarlos. La historia relatada por los escribas de la época, quienes se encargaban de plasmar en jeroglíficos la historia de Egipto, incluye declaraciones de los campesinos donde se encuentran arrodillados mientras algunos funcionarios del reino los maltrataban.

Según información recabada por el portal de National Geographic, en un texto del Imperio Nuevo Egipcio llamado ‘La sátira de los oficios’, se explica la vida que llevaban los agricultores:

“Ahora es el escriba de los campos el que está junto a las tierras. Vigila la cosecha. Sus servidores están tras él con garrotes; nubios con mazas. Uno le dice: ¡Danos el grano!; ¡No tengo grano!. Lo golpean salvajemente. Atado, es lanzado a la acequia, con la cabeza sumergida. Su mujer es atada frente a él. Sus hijos tienen grilletes. Sus vecinos lo abandonan y huyen. Cuando todo acaba no hay grano”.

La edificación de las pirámides de Egipto tiene una historia consigo, que no es nada enternecedora, pues detrás de tanta belleza, la imponencia de su magnitud y los enigmas que también trae a cuestas, existe una serie de hechos de tortura, esclavitud y sufrimiento que describen claramente cómo fue costeada la construcción de estas obras monumentales.