Unidades de medida: una barrera más para los latinos en Estados Unidos
Las dificultades lingüísticas con las unidades de medida que los latinos enfrentan al migrar a los Estados Unidos es uno de los mayores retos de adaptación después del lenguaje y la cultura.
Las dificultades lingüísticas con las unidades de medida que los latinos enfrentan al migrar a los Estados Unidos es uno de los mayores retos de adaptación después del lenguaje y la cultura.
Las dificultades lingüísticas con las unidades de medida que los latinos enfrentan al migrar a los Estados Unidos es uno de los mayores retos de adaptación después del lenguaje y la cultura.
En el diario vivir, las unidades de medida siempre se verán envueltas en algún tipo de conversación, negocio, escrito o incluso un simple comentario. Las unidades de medida son las encargadas de regir y establecer magnitudes, pesos y longitudes; sin estas, el mundo sería un total caos. Las construcciones, los negocios, los territorios, y todo lo que tiene relación con la civilización no existiría organizadamente.
La historia nos muestra que muchas civilizaciones comenzaron a utilizar diferentes unidades de medida para tasar sus transacciones y racionar alimentos. Conforme el paso del tiempo, con la constitución de grandes comunidades y el nacimiento de países, las personas se vieron en la necesidad de tener un sistema de unidades para medir masa, longitud y temperatura.
Sin embargo, esto causó un desajuste entre los distintos países y sus sistemas de medidas implantados. Todo ello se traduce en que, pese a que muchos países manejaban distintos sistemas de medida, la mayoría se adaptó a uno solo.
¿A qué barreras se enfrenta un latino en sus primeros días de estadía en Estados Unidos?
Dejando a un lado los aspectos culturales e idiomáticos, los latinos están acostumbrados a trabajar bajo el Sistema Internacional de Unidades (SI), cuyas medidas son utilizadas en la mayoría de países del orbe. Dentro del SI se encuentran 7 unidades básicas, de las cuales resaltan el kilogramo (kg) como unidad de masa, el metro (m) para longitud y el segundo (s) para el tiempo. En términos de temperatura, el grado Celsius (°C) es una unidad derivada del kelvin (k), que a su vez es parte de las unidades básicas del Sistema Internacional de Unidades.
En contraste al uso del grado Celsius (°C), el grado Fahrenheit (°F) fue utilizado en la mayoría de países anglosajones hasta la década de los 60s y 70s, periodo en el que se inicia la adopción del Sistema Internacional. No obstante, Estados Unidos continúa utilizando el grado Fahrenheit para medir la temperatura, especialmente en lo relacionado a aspectos meteorológicos (temperatura medioambiental, por ejemplo) y gastronómicos (temperatura de cocción, etc.).
Adicionalmente, Estados Unidos se rige bajo el sistema de medidas inglés o sistema anglosajón de unidades, inspirado en el Sistema Imperial establecido por el Reino Unido en el siglo XIX, pero con el cual existen algunas diferencias en valores. Bajo dicho sistema, la unidad de medida para el peso es la onza (oz), la longitud se rige por la pulgada (in), el pie (ft) o la milla (mi), y el tiempo por el segundo (s).
Para la mayoría de los latinos que han vivido bajo el Sistema Internacional de medidas, esta situación se convierte en un reto en todo momento. Sin importar el nivel académico, para muchos migrantes adaptarse al sistema estadounidense es enfrentarse a una nueva adquisición lingüística que jamás han usado.
Desde la perspectiva de adquisición de un lenguaje y todo lo que esto implica, enfrentarse a un nuevo sistema de medidas involucra un mayor esfuerzo cognitivo. Esto significa que los latinos en Estados Unidos deben primero adquirir el vocabulario del nuevo sistema tanto en inglés como la traducción en español e, inmediatamente, hacer una conversión y obtener la equivalencia entre las medidas de ambos sistemas.
Un proceso complicado si se ve de esta manera. Sin embargo, como todo proceso de adquisición y la regularidad con que se usa, el tiempo es un factor beneficioso para acomodar este nuevo sistema al diario vivir.
La constante interacción con este nuevo juego de palabras y medidas conllevan a una rápida adaptación. Existen muchos casos en donde la misma cultura latina hace hincapié en no abandonar el sistema de medidas adquirido en el lugar de origen. Es aquí donde, en repetidas ocasiones, los choques culturales se originan por la interacción entre dos sistemas totalmente distintos.
¿Cómo ven los americanos este choque de unidad de medidas?
No hace mucho, Lincoln Chafee, un serio candidato a la presidencia de Estados Unidos por el partido demócrata afirmó que el país se vería beneficiado al abandonar el sistema de medidas que ellos mismos han denominado US Customary System (Sistema Tradicional de Estado Unidos) y adaptarse al Sistema Internacional que muchos países, incluyendo las principales potencias mundiales, tienen como unidad de medida.
Estados Unidos junto a Liberia y Myanmar (Birmania) son los únicos países que no usan el sistema métrico decimal como corresponde. Sin embargo, para muchos estadunidenses este tipo de propuestas carecen de fundamento, tomándolas con escepticismo e irrisoriedad. Consecuentemente, es poco probable que el país se adapte al Sistema Internacional cuando el sistema regular yace en sus raíces lingüísticas desde los orígenes de la nación.
¿Qué efectos causa en los latinos la utilización de un nuevo sistema de medidas?
La confusión es uno de los principales factores que afectan a la comunidad latina que se enfrenta por primera vez a un nuevo sistema de medidas. Dentro de este sector, existen organizaciones (algunas patrocinadas por estadounidenses) que se basan en estadísticas para afirmar que el país desperdicia millones de dólares en la bolsa al adaptar sus productos a los estándares internacionales.
Por otro lado, entidades como la NASA, ya se han adaptado al Sistema Internacional, dada su interacción con otras agencias espaciales fuera de Estados Unidos. Muchas otras entidades, especialmente las manufactureras, se ven en la tarea de lidiar con un sistema de medidas arraigado y otro que, según expertos en economía, posee una amplia ventaja en términos económicos.
“Como si aprender el inglés no fuera suficiente, también hay que acomodarse a este sistema” menciona Pablo Martínez, un constructor de origen salvadoreño y residente de Estados Unidos, en un video viral que circulaba por Facebook a inicios del año.