Los políticos de siempre

Estos “muertos vivientes” utilizan la política para lograr sus propios objetivos dentro de los cuales no incluyen al desarrollo del país.

Los políticos de siempre

El miércoles 7 de diciembre del 2022, Pedro Castillo tomó la decisión de cerrar el Congreso de la República, así como la desactivación de varias instituciones necesarias para el correcto funcionamiento del Estado; atentando directamente contra la separación de poderes. A consecuencia de ello, y después de que Dina Boluarte asumiera como presidente del Perú; se desató una ola de protestas en el sur del país que tuvo como resultado decenas de muertos y grandes pérdidas económicas. Si bien es cierto, hay demandas legítimas por parte de la población -aquella que ha sido olvidada por más de 30 años-; hay varios grupos de interés que están aprovechando el hartazgo de la gente para llevar agua para su molino.

Por un lado, está la izquierda radical que exacerba las contradicciones con la finalidad de enfrentarnos entre peruanos. Por otro lado, tenemos a los grandes impulsores de la asamblea constituyente. No menos importante, también aparecen en escena grupos vinculados a la economía ilegal, narcotráfico, trata de personas, minería y tala ilegal. Por último, están los partidos políticos con inscripción vigente que no ganaron y quieren participar en las elecciones con las mismas reglas.

En esta ocasión me voy a referir a ellos; a los muertos vivientes. Estos personajes son políticos de larga data que se presentan a cuanta elección popular haya, y ven en el adelanto de elecciones una nueva oportunidad para encontrar trabajo. Entonces, deberíamos preguntarnos, ¿por qué la necesidad que las elecciones sean en el 2023? Porque solo de esa forma los muertos vivientes participarán en la próxima contienda electoral sin ningún rival nuevo ya que solo ellos cuentan con un vehículo electoral con inscripción vigente. De esa forma le cierran el paso a la inscripción de nuevos partidos políticos con caras nuevas que es lo que la población demanda. Además, le cierran la posibilidad a alguna reforma política que podría traer mejores representantes y un sistema político más estable y predecible.

Debido a lo antes mencionado, los miembros del Congreso condicionan su voto a objetivos propios, como una asamblea constituyente que no resuelve nada; o alguna otra forma que los mantenga en el poder para utilizarlo para fines poco claros. Es cierto que puede sonar atractivo que se vayan todos y cuanto antes, pero en este momento es importante tener la cabeza fría y preguntarse quiénes no quieren un fin de ciclo para comenzar con caras nuevas y reformas. Por tal motivo, hay que tener cuidado, ya que detrás de un muerto viviente habrá un emprendejo que lo financia para lograr sus propios objetivos; entre los cuales no está el desarrollo del Perú.