La economía estadounidense necesita creatividad para crecer
La economía estadounidense crece, pero no acorde a las medidas que se han tomado, por ello las autoridades deberán optar por innovar y asumir riesgos.
La economía estadounidense crece, pero no acorde a las medidas que se han tomado, por ello las autoridades deberán optar por innovar y asumir riesgos.
La economía ha mejorado, pero definitivamente no como el Gobierno esperaba luego de haber implementado medidas tan directas. Las tasas de interés se redujeron de forma importante y se inyectaron más de 800 mil millones de dólares en estímulos ¿Qué más se puede hacer?
Cuando las herramientas convencionales se acaban, si aún se quiere conseguir el objetivo hay que arriesgarse aún más, donde la revitalización de la economía es el preciado tesoro que hay que alcanzar aunque corriendo el menor riesgo posible. Dentro de las alternativas que se barajan está la inversión en infraestructura, pero el gasto supondría una aguerrida oposición por el déficit presupuestario que implica. Algunos creen que los recortes presupuestarios son una buena opción, aunque también implica un riesgo que no todos quieren correr.
Dentro de las opiniones válidas que se han dado está la de Laura Tyson, profesora de la Escuela de Negocios en la Universidad de California en Berkeley y quien además fue la asesora económica del ex presidente Bill Clinton. Tyson cree en un programa a largo plazo que se financie por medio de bonos como los de Build America, bonos municipales y subsidiados por el gobierno federal, por ejemplo. La dificultad que tiene esta idea es que supone incrementar la deuda pública, y tampoco es algo que aceptan todos los sectores.
Robert Reich, secretario de trabajo del ex presidente Clinton, cree que se pueden implementar exenciones fiscales permanentes para los primeros $20,000 que reciban los trabajadores, implementando un nuevo impuesto de seguro social que actúe sobre los ingresos anuales para quienes obtengan más de $250,000.
Una forma inteligente de reactivar la economía es poner más dinero en manos de quienes puedan gastar, minimizando el gasto de las nuevas contrataciones, señala Reich. Lo malo es que estas personas que teóricamente están dispuestas a pagar más, puede que no lo hagan por el nivel de endeudamiento en que se encuentran.
Otra postura interesante es la del profesor de Harvard Martin Feldstein, quien fue asesor económico de Ronald Reagan. Feldstein cree en ayudar a los bancos pequeños en la tarea de vender sus carteras menos atractivas, dándoles tiempo para amortizar las pérdidas que implique el proceso de venta.
Para el profesor de la Universidad de Columbia y ex gobernador de la Reserva Federal, Frederic Mishkin, el meollo del asunto está en implementar un plan de control del déficit a largo plazo, pudiendo así asumir deudas a corto plazo que sea asumibles con el financiamiento a largo plazo.
Un plan de largo plazo, permite que la FED actúe de manera más activa, pudiendo inclusive bajar las tasas de interés a largo plazo. En caso de que la economía no siga su crecimiento normal, la FED puede actuar y tomar acción.
No hay actualmente una fórmula segura para conseguir que la economía estadounidense se recupere, por lo que es hora de asumir riesgos y plantear alternativas que puedan ser más radicales. Lo peor que se puede hacer es esperar y no hacer nada.