Economías globales y sostenidas, aquellas en las que las variables individuales que se interrelacionan dando lugar a escenarios macroeconómicos de crecimiento, desarrollo y evolución… Esta podría ser, sin ninguna duda una definición perfecta de la sutil línea que diferencia las sociedades de las economías. Estamos, ciertamente acostumbrados a dar como válida una deformación de la teoría macroeconómica en su más pura esencia.